lunes, 22 de julio de 2013

Léxico cervantino


¡Hola! Muy buenos días a todos. ¿Cómo andan?
Hoy les presento un breve léxico cervantino, el cual he sacado primordialmente de sus libros Novelas Ejemplares, y el Don Quijote de la Mancha. Contiene varias voces tan fascinantes ya en desuso. Hay vocablos que pertenecen al mundo de la fábrica: vira, anascote, sayal. Palabras injuriosas: atún, gabacho, palurdo. También hay una presencia formidable de palabras árabes: adarga, albricias, corma, faldriquera taba, zaragüelles, etc.
La destreza lingüística que uno requiere para leer Cervantes con soltura, respeto a la gran variedad léxica que contenían sus libros, y la extrañeza de varias de sus palabras para el lector del siglo XXI, me dio el ímpetu para hacer este blog.
Me parece que no hay otro blog por internet que tiene esta misma función, así que espero que haya servido para el entendimiento de las palabras curiosas en los libros sempiternos de este gran autor alcalaíno inmortal. ¡Disfrútenlo!

Enlaces para los libros: Novelas Ejemplares (abreviado NEJ en el texto): http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/novelas.pdf
Don Quijote (abreviado DQJ en el texto): http://www.biblioteca.org.ar/libros/132556.pdf 


Pequeño léxico Cervantino

compilado por Richard Pollard




abadejo.
(Quizá de abad).
1. m. bacalao. «A dicha, acertó a ser viernes aquel día, y no había en toda la venta sino unas raciones de un pescado que en Castilla llaman abadejo, y en Andalucía bacallao, y en otras partes curadillo, y en otras truchuela». DQJ, Cap. II, pg. 6.




acullá.
(Del lat. eccum e illāc).
1. adv. l. A la parte opuesta de quien habla. U. en contraposición a adverbios demostrativos de cercanía, como aquí o acá, y menos frecuentemente a los de lejanía, como allí o allá, de los que puede ser un intensivo. «Por este camino que he pintado, áspero y dificultoso, tropezando aquí, cayendo allí, levantándose acullá, tornando a caer acá, llegan al grado que desean;». DQJ, cap. XXXI, pg. 309.

acurrucarse.
(Quizá del lat. corrugāre 'arrugar').
1. prnl. Encogerse para resguardarse del frío o con otro objeto. «La moza, viendo que su amo venía, y que era de condición terrible, toda medrosica y alborotada, se acogió a la cama de Sancho Panza, que aún dormía, y allí se acorrucó y se hizo un ovillo». DQJ, Cap. XVI, pg. 6.

adalid.
(Del ár. hisp. addalíl, y este del ár. clás. dalīl).
1. m. Caudillo militar.
2. m. Guía y cabeza, o muy señalado individuo de algún partido, corporación o escuela. «Avisóles su adalid de los puestos donde habían de acudir: por las mañanas, a la Carnicería y a la plaza de San Salvador; los días de pescado, a la Pescadería y a la Costanilla; todas las tardes, al río; los jueves, a la Feria». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 6.

adarga.
(Del ár. hisp. addárqa, y este del ár. clás. daraqah).
1. f. Escudo de cuero, ovalado o de forma de corazón. «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor». DQJ, cap. I, pg. 1. 


aduar.
(Del ár. beduino duwwār).
1. m. Pequeña población de beduinos, formada de tiendas, chozas o cabañas.
2. m. Conjunto de tiendas o barracas que los gitanos levantan en el campo para su habitación. «Si dineros fueren menester para alcanzar perdón de la parte, todo nuestro aduar se venderá en pública almoneda, y se dará aún más de lo que pidieren. Señora mía, si sabéis qué es amor, y algún tiempo le tuvistes, y ahora le tenéis a vuestro esposo, doleos de mí, que amo tierna y honestamente al mío». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 56. 

adunia.
(Del ár. hisp. addúnya 'mucho'; literalmente 'el mundo [entero]', y este del ár. clás. dunyā).
1. adv. m. desus. En abundancia. «Los viejos bebieron sine fine; los mozos adunia; las señoras, los quiries». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 25.

afable.
(Del lat. affabĭlis).
1. adj. Agradable, dulce, suave en la conversación y el trato.
2. adj. desus. Que se puede decir o expresar con palabras. «Apenas hubieron visto a mi amo, cuando todos se fueron a él con los brazos abiertos, y todos le brindaron, y él hizo la razón a todos, y aun la hiciera a otros tantos si le fuera algo en ello, por ser de condición afable y amigo de no enfadar a nadie por pocas cosas». NEJ, Novela del coloquio de los perros, pg. 26.

aína.
(Del lat. vulg. agīna, der. de agĕre 'hacer').
1. adv. c. por poco.
2. adv. t. ant. pronto.
3. adv. m. ant. fácilmente.  «Con todo eso respondió don Quijote, tomara yo ahora más aína un cuartal de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado por el doctor Laguna». DQJ, cap. XVII, pg. 9.

albanega.
(Del ár. hisp. albaníqa, este del ár. clás. banīqah, y este del lat. paganĭca, t. f. de paganĭcus 'aldeano, rústico', por ser indumentaria rústica).
1. f. Especie de cofia o red para recoger el pelo, o para cubrir la cabeza.
2. f. Manga cónica, hecha de red y cerrada por el extremo más estrecho, que se usa para cazar conejos u otros animales cuando salen de la madriguera.
3. f. Arq. Enjuta de arco de forma triangular. «Pensando, pues, en estos disparates, se llegó el tiempo y la hora que para él fue menguada de la venida de la asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega de fustán, con tácitos y atentados pasos, entró en el aposento donde los tres alojaban en busca del arriero». DQJ, cap. XVI, pg. 151. 


albayalde.
(Del ár. hisp. albayáḍ, y este del ár. clás. bayāḍ).
1. m. Carbonato básico del plomo. Es sólido, de color blanco y se emplea en la pintura. «Al volver, que volvió, Monipodio, entraron con él dos mozas, afeitados los rostros, llenos de color los labios y de albayalde los pechos, cubiertas con medios mantos de anascote, llenas de desenfado y desvergüenza:». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 19.



albricias.
(Del ár. hisp. albúšra, y este del ár. clás. bušrà).
1. f. pl. Regalo que se da por alguna buena nueva a quien trae la primera noticia de ella.
2. f. pl. Regalo que se da o se pide con motivo de un fausto suceso. «¿Por qué, señor don Juan, no acabáis de poner la alegría y el contento destos señores en su punto, pidiendo las albricias del hallazgo de la señora Cornelia y de su hijo?». NEJ, Novela de la señora Cornelia, pg. 26.
                                                                                                                                                            
alcaide.
(Del ár. hisp. alqáyid, y este del ár. clás. qā'id 'conductor [de tropas]').
1. m. Hasta fines de la Edad Media, encargado de la guarda y defensa de algún castillo o fortaleza.
2. m. Posteriormente, encargado de la conservación y administración de algún sitio real.
3. m. Persona que tiene a su cargo el gobierno de una cárcel.
4. m. En las alhóndigas y otros establecimientos, encargado de su custodia y buen orden. «Púsose luego el rey de Trípol en toda su hacienda, y el alcaide de los muertos que allí tiene el Gran Turco (que, como sabes, es heredero de los que no le dejan en su muerte);». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 12.


alcorza.
(Del ár. hisp. alqúrṣa, y este del ár. clás. qurṣah).
1. f. Pasta muy blanca de azúcar y almidón, con la cual se suelen cubrir varios géneros de dulces y se hacen diversas piezas o figuras.
2. f. Dulce cubierto con esta pasta. «¿Ése llama vuesa merced hoyo, señora mía? Pues yo sé poco de hoyos, o ése no es hoyo, sino sepultura de deseos vivos. ¡Por Dios, tan linda es la gitanilla que hecha de plata o de alcorza no podría ser mejor! ¿Sabes decir la buenaventura, niña?» NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 16.



alcuza.
(Del ár. hisp. alkúza, este del ár. clás. kūzah, este del arameo kūz[ā], y este del persa kuze).
1. f. Vasija de barro, de hojalata o de otros materiales, generalmente de forma cónica, en que se guarda el aceite para diversos usos.
2. f. Am. vinagreras (‖ pieza con dos frascos para aceite y vinagre). «Pidió luego alguna
redoma para echallo, y, como no la hubo en la venta, se resolvió de ponello en una alcuza o aceitera de hoja de lata, de quien el ventero le hizo grata donación». DQJ, cap. XVII, pg. 5. 



aldabilla.
(Del dim. de aldaba).
1. f. Pieza de hierro en forma de gancho, que, entrando en una hembrilla, sirve para cerrar puertas, ventanas, cofres, cajas, etc. «viendo aquellos señores mi poca edad, se contentaron con que me arrimasen al aldabilla y me mosqueasen las espaldas por un rato, y con que saliese desterrado por cuatro años de la Corte». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadilla, pg. 3.

alfana.
(Del ár. alfaḥl, semental).

1. f. Caballo corpulento, fuerte y brioso. «Y aun haré cuenta que voy caballero sobre el caballo Pegaso, o sobre la cebra o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta ahora yace encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran Compluto». DQJ, cap. XXIX, pg. 293.
 alforza.
(Del ár. hisp. alḥúzza, y este del ár. clás. ḥuǧzah).
1. f. Pliegue o doblez que se hace en ciertas prendas como adorno o para acortarlas y poderlas alargar cuando sea necesario.
2. f. coloq. Costurón, cicatriz, grieta. «¿Cien escudos quieres tú que deseche, Preciosa, y de oro en oro, que pueden andar cosidos en el alforza de una saya que no valga dos reales, y tenerlos allí como quien tiene un juro sobre las yerbas de Estremadura?». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 25.

allende.
(Del lat. illinc 'de allí').
1. adv. l. De la parte de allá.
2. adv. c. además.
3. prep. Más allá de, de la parte de allá de.
4. prep. Además de, fuera de. Allende DE ser hermosa, era discreta. «Siempre miran los celosos con antojos de allende, que hacen las cosas pequeñas, grandes; los enanos, gigantes, y las sospechas, verdades». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 43.


almalafa.
(Del ár. hisp. almalḥáfa o almaláḥfa, y este del ár. clás. milḥafah).
1. f. Vestidura moruna que cubría el cuerpo desde los hombros hasta los pies. «Entró luego tras él, encima de un jumento, una mujer a la morisca vestida, cubierto el rostro con una toca en la cabeza; traía un bonetillo de brocado, y vestida una almalafa, que desde los hombros a los pies la cubría». DQJ, cap. XXXVII, pg. 380.

almena.
(Del art. ár. al- y el lat. minae 'almenas').
1. f. Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores. «Fuese llegando a la venta, que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo». DQJ, cap. II, pg. 4.

almadraba.
(Del ár. hisp. almaḍrába 'lugar donde se golpea o lucha').
1. f. Pesca de atunes.
2. f. Lugar donde se hace esta pesca y donde posteriormente se prepara el pescado.
3. f. Red o cerco de redes con que se pescan atunes.
4. f. Tiempo en que se pesca el atún. Era u. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
5. f. desus. tejar1. «Pasó por todos los grados de pícaro hasta que se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara, donde es el finibusterrae de la picaresca». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 2. 





almena.

(Del art. ár. al- y el lat. minae 'almenas').

1. f. Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores. «Fuese llegando a la venta, que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo». DQJ, cap. II, pg. 4. 

 https://encrypted-tbn0.gstatic.com/images?q=tbn%3AANd9GcStVwjnqgerYCFoHPlXgWdMMj0AKoCudAgRoexUUD5PAJb9ZJNW




 almofía.
(Del ár. hisp. almuẖfíyya; literalmente 'oculta').
1. f. jofaina. «En la pared frontera estaba pegada a la pared una imagen de Nuestra Señora, destas de mala estampa, y más abajo pendía una esportilla de palma, y, encajada en la pared, una almofía blanca, por do coligió Rincón que la esportilla servía de cepo para limosna, y la almofía de tener agua bendita, y así era la verdad». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13. 


almojarifazgo.
(De almojarife).
1. m. Derecho que se pagaba por los géneros o mercaderías que salían del reino, por los que se introducían en él, o por aquellos con que se comerciaba de un puerto a otro dentro de España.
2. m. Oficio y jurisdicción del almojarife. «Con todo esto, a la entrada de la ciudad, que fue a la oración y por la puerta de la Aduana, a causa del registro y almojarifazgo que se paga, no se pudo contener Cortado de no cortar la valija o maleta que a las ancas traía un francés de la camarada;». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.5.

almoneda.
(Del ár. hisp. almunáda, y este del ár. clás. munādāh).
1. f. Venta pública de bienes muebles con licitación y puja.
2. f. Venta de géneros que se anuncian a bajo precio.
3. f. Local donde se realiza esta venta. «Si dineros fueren menester para alcanzar perdón de la parte, todo nuestro aduar se venderá en pública almoneda, y se dará aún más de lo que pidieren. Señora mía, si sabéis qué es amor, y algún tiempo le tuvistes, y ahora le tenéis a vuestro esposo, doleos de mí, que amo tierna y honestamente al mío». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 56.

alnado.
(Del lat. ante natus 'nacido antes').
1. m. y f. hijastro.  «-Así es -respondió el mediano-, pero yo he dicho verdad en lo que
he dicho, porque mi tierra no es mía, pues no tengo en ella más de
un padre que no me tiene por hijo y una madrastra que me trata
como alnado. NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 2.

alquicel o alquicer.
(Del ár. hisp. alkisá o alkisí, y este del ár. clás. kisā').
1. m. Vestidura morisca a modo de capa, comúnmente blanca y de lana.
2. m. Cierto tejido que servía para cubiertas de bancos, mesas u otras cosas. «Y los moros los recibieron en su bajel, en el cual venía un judío, riquísimo mercader, y toda la mercancía del bajel, o la más, era suya; era de barraganes y alquiceles y de otras cosas que de Berbería se llevaban a Levante». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 29.




anascote.
(Del fr. ant. anascot, y este de Hondschoote, ciudad flamenca).
1. m. Tela delgada de lana, asargada por ambos lados, que usan para sus hábitos varias órdenes religiosas. También la emplean para sus vestidos las mujeres del pueblo en algunas provincias de España.
2. m. ant. Tela de seda, parecida a la sarga. «Al volver, que volvió, Monipodio, entraron con él dos mozas, afeitados los rostros, llenos de color los labios y de albayalde los pechos, cubiertas con medios mantos de anascote, llenas de desenfado y desvergüenza:». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 19.

anata o nata.
(Del b. lat. annāta, y este der. del lat. annus 'año').
1. f. Impuesto eclesiástico que consistía en la renta o frutos correspondientes al primer año de posesión de cualquier beneficio o empleo. «Él respondió que, por dalles contento a todos, desde aquel punto se las concedía, y advirtiéndoles que las estimasen en mucho, porque eran no pagar media nata del primer hurto que hiciesen;». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 17.

anjeo.
(De Angeu, nombre provenzal del ducado de Anjou, en Francia, de donde procede).
1. m. Especie de lienzo basto. «El duro, estrecho, apocado y fementido lecho de don Quijote estaba primero en mitad de aquel estrellado establo, y luego, junto a él, hizo».
el suyo Sancho, que sólo contenía una estera de enea y una manta, que antes mostraba ser de anjeo tundido que de lana». DQJ, cap. XVI, pg. 4.

antipara.
(De ante2 y parar2).
1. f. Cancel o biombo que se pone delante de algo para ocultarlo a la vista.
2. f. Polaina o prenda de vestir que cubre la pierna solo por delante. U. m. en pl. con el mismo significado que en sing. «Fuera desto, aprendí de un cocinero de un cierto embajador ciertas tretas de quínolas y del parar, a quien también llaman el andaboba; que, así como vuesa merced se puede examinar en el corte de sus antiparas, así puedo yo ser maestro en la ciencia vilhanesca». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.3.  

apear.
(Del lat. *appedāre, der. de pes, pedis 'pie').
1. tr. Desmontar o bajar a alguien de una caballería, de un carruaje o de un automóvil. U. m. c. prnl.
2. tr. Maniatar a una caballería para que no se escape.
3. tr. Calzar algún coche o carro, arrimando a la rueda una piedra o leño para que no ruede.
4. tr. Reconocer, señalar o deslindar una o varias fincas, y especialmente las que están sujetas a determinado censo, foro u otro derecho real.
5. tr. Cortar un árbol por el pie y derribarlo.
6. tr. Sortear, superar, vencer alguna dificultad o cosa muy ardua.
7. tr. Quitar, destituir a alguien de su ocupación o cargo. U. t. c. prnl. «Y, dando el estribo a un mozo de mulas que con él venía, se apeó y hizo que le diesen luego de cenar, y así fue hecho». NEJ, Novela de las doncellas, pg. 2.

ardite.
(Quizá del gascón ardit, de or. desc.).
1. m. Moneda de poco valor que hubo antiguamente en Castilla.
2. m. Cosa insignificante o de muy poco valor. No dársele a alguien un ardite. «-No me parece mal remedio ese -dijo Cortado-, pero advierta vuesa merced no se le olviden las señas de la bolsa, ni la cantidad puntualmente del dinero que va en ella; que si yerra en un ardite, no parecerá en días del mundo, y esto le doy por hado». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.9.




armiño.
(Cf. fr. hermine, del lat. armenĭus, de Armenia).
1. m. Mamífero del orden de los Carnívoros, de unos 25 cm de largo, sin contar la cola, que tiene ocho, poco más o menos, de piel muy suave y delicada, parda en verano y blanquísima en invierno, exceptuada la punta de la cola, que es siempre negra.
2. m. Piel de este animal.
3. m. Cosa pura o limpia.
4. m. Pinta blanca junto al casco de las caballerías.
5. m. Heráld. Figura convencional, a manera de mota negra y larga, sobre campo de plata, que quiere representar la punta de la cola de un armiño. En lo de las armas blancas, pensaba limpiarlas de manera, en teniendo lugar, que lo fuesen más que un armiño;». DQJ, cap. II, pg.2. 


arráez.
(Del ár. hisp. arráyis, y este del ár. clás. ra'īs 'jefe').
1. m. Caudillo o jefe árabe o morisco.
2. m. Capitán de embarcación árabe o morisca.
3. m. Jefe de todas las faenas que se ejecutan en la almadraba. «Hecho esto, el arráez principal, que era un renegado griego llamado Yzuf, pidió por Leonisa seis mil escudos, y por mí cuatro mil, añadiendo que no daría el uno sin el otro». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 8.

arras o arra.
(Del lat. arrhae o arrhăbo, y estos del gr. ἀρραβών).
1. f. pl. Cosa que se da como prenda o señal en algún contrato o concierto.
2. f. pl. Conjunto de las trece monedas que, al celebrarse el matrimonio religioso, sirven como símbolo de entrega, pasando de las manos del desposado a las de la desposada y viceversa.
3. f. pl. Der. Entrega de una parte del precio o depósito de una cantidad con la que se garantiza el cumplimiento de una obligación. «Cien escudos traigo aquí en oro para daros en arra y señal de lo que pienso daros, porque no ha de negar la hacienda el que da el alma».  NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 22.

atún.
(Del ár. hisp. attún, este del ár. clás. tunn, y este del gr. θύννος).
1. m. Pez teleósteo, acantopterigio, común en los mares de España, frecuentemente de dos a tres metros de largo, negro azulado por encima y gris plateado por debajo, y con los ojos muy pequeños. Su carne, tanto fresca como salada, es de gusto agradable.
2. m. coloq. Hombre ignorante y rudo. «¡Oh pobres atunes míos, que os pasáis este año sin ser visitados deste tan enamorado y aficionado vuestro!». NEJ, pg. 21.

bajamanero.
(De bajamano).
1. m. germ. Ladrón ratero. «-¡La justicia de Dios y del Rey venga sobre aquel ladrón desuellacaras, sobre aquel cobarde bajamanero, sobre aquel pícaro lendroso, que le he quitado más veces de la horca que tiene pelos en las barbas!». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 22.

baldón.
(Del fr. ant. bandon, y este del franco bann 'mando', 'jurisdicción'; cf. al. Bann).
1. m. Oprobio, injuria o palabra afrentosa. «Y así, desde encima del caballo, comenzó a decir tantos denuestos y baldones a los que a Sancho manteaban, que no es posible acertar a escribillos; mas no por esto cesaban ellos de su risa y de su obra, ni el volador Sancho dejaba sus quejas, mezcladas ya con amenazas, ya con ruegos;». DQJ, cap. XVII, pg. 8. (Obs.: En realidad, denuesto y baldón son sinónimos, y al uso innecesario de dos voces sinónimas dentro de una oración, se llama datismo, lo que comete Cervantes aquí en este párrafo).

balumba.
(Del lat. volumĭna 'bultos').
1. f. Bulto que hacen muchas cosas juntas.
2. f. Conjunto desordenado y excesivo de cosas. «-El propósito es respondió el alférez de que toda aquella balumba y aparato de cadenas, cintillos y brincos podía valer hasta diez o doce escudos». NEJ, Novela del casamiento engañoso, pg. 8.

barragán.
(Del ár. hisp. bar[ra]kán[i], este del ár. barkānī 'tipo de paño negro indio', y este del persa pargār o pargāl).
1. m. Tela de lana, impenetrable al agua.
2. m. Abrigo de esta tela, para uso de los hombres. «Y los moros los recibieron en su bajel, en el cual venía un judío, riquísimo mercader, y toda la mercancía del bajel, o la más, era suya; era de barraganes y alquiceles y de otras cosas que de Berbería se llevaban a Levante». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 29.

barrunto.
(De barruntar).
1. m. barrunte (indicio, noticia). «Y así, puede vuesa merced guiarnos donde está ese caballero que dice, que ya yo tengo barruntos, según lo que he oído decir, que es muy calificado y generoso, y además hábil en el oficio». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 10.

basca.
(Quizá del celta *waskā 'opresión'; cf. galés gwâsg y bretón gwask).
1. f. Ansia, desazón e inquietud que se experimenta en el estómago cuando se quiere vomitar. U. m. en pl.
2. f. Agitación nerviosa que siente el animal rabioso.
3. f. coloq. Arrechucho o ímpetu colérico o muy precipitado, en una acción o asunto. Juan obrará según le dé la basca.
4. f. coloq. Pandilla, grupo de amigos o de personas afines. «Es, pues, el caso que el estómago del pobre Sancho no debía de ser tan delicado como el de su amo, y así, primero que vomitase, le dieron tantas ansias y bascas, con tantos trasudores y desmayos que él pensó bien y verdaderamente que era llegada su última hora;». DQJ, cap. XVII, pg. 5. (OBS: Es otro ejemplo de un datismo, que ya basca y ansia son palabras sinónimas; v. nota para baldón).

bayeta.
(De or. inc.; cf. it. baietta, fr. ant. baiette).
1. f. Tela de lana, floja y poco tupida.
2. f. Paño que sirve para limpiar superficies frotándolas. «Traía cubierta una capa de bayeta casi hasta los pies, en los cuales traía unos zapatos enchancletados, cubríanle las piernas unos zaragüelles de lienzo, anchos y largos hasta los tobillos;». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13.







belitre.
(Del fr. belitre, y este del germ. *bettler 'mendigo').
1. adj. coloq. Pícaro, ruin y de viles costumbres. U. t. c. s. «¿Y no sabéis vos, gañán, faquín, belitre, que si no fuese por el valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga?». DQJ, cap. XXX, pg. 302.
 

borceguí.
(De or. inc.).
1. m. Calzado que llegaba hasta más arriba del tobillo, abierto por delante y que se ajustaba por medio de correas o cordones. «Traía unos borceguíes datilados y un alfanje morisco, puesto en un tahelí que le atravesaba el pecho». DQJ, cap. XXXVII, pg. 380.

breña.
(De or. inc.).

1. f. Tierra quebrada entre peñas y poblada de maleza. «Todo esto miraban de entre unas breñas Cardenio y el cura, y no sabían qué hacerse para juntarse con ellos;». DQJ, cap. XXIX, pg. 293.



brida.
(Del fr. bride, y este del a. al. medio brīdel 'rienda').
1. f. Freno del caballo con las riendas y todo el correaje que sirve para sujetarlo a la cabeza del animal.
2. f. Reborde circular en el extremo de los tubos metálicos para acoplar unos a otros con tornillos o roblones.
3. f. Equit. Arte o modo de andar a caballo, cuyo ornato era distinto del que hoy se usa.
4. f. pl. Med. Filamentos membranosos que se forman en los labios de las heridas o en los abscesos. «El lenguaje, no entendido de las señoras, y el mal talle de nuestro caballero acrecentaba en ellas la risa y en él el enojo; y pasara muy adelante si a aquel punto no saliera el ventero, hombre que, por ser muy gordo, era muy pacífico, el cual, viendo aquella figura contrahecha, armada de armas tan desiguales como eran la brida, lanza, adarga y coselete, no estuvo en nada en acompañar a las doncellas en las muestras de su contento». DQJ, cap. II, pg. 5.

broquel.
(Del fr. ant. bocler 'bulto en el centro del escudo', y este del lat. buccŭla 'mejilla, carrillo hinchado').
1. m. Escudo pequeño de madera o corcho.
2. m. escudo (arma defensiva).
3. m. defensa (amparo). «Mandóles Monipodio que se sosegasen, y, entrando en la sala baja y descolgando un broquel, puesto mano a la espada, llegó a la puerta y con voz hueca y espantosa preguntó:». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 22. 









caco.
(Del lat. Cacus, Caco, ladrón mitológico).
1. m. Ladrón que roba con destreza.
2. m. coloq. Hombre muy tímido, cobarde y de poca resolución. «Una, pues, desta nación, gitana vieja, que podía ser jubilada en la ciencia de Caco, crió una muchacha en nombre de nieta suya, a quien puso nombre Preciosa, y a quien enseñó todas sus gitanerías y modos de embelecos y trazas de hurtar». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 1.

capelo.
(Del it. cappello).
1. m. Sombrero rojo, insignia de los cardenales. «-No creo que me engañaré en nada, señor caballero, si os llamo don Juan de Gamboa, que vuestra gallarda disposición y el adorno dese capelo me lo están diciendo». NEJ, Novela de la señora Cornelia, pg. 22.

carnestolendas.
(Del lat. caro, carnis, carne, y tollendus, de tollĕre, quitar, retirar).
1. f. pl. carnaval.

caterva.
(Del lat. caterva).
1. f. Multitud de personas o cosas consideradas en grupo, pero sin concierto, o de poco valor e importancia. U. t. en sent. peyor. «Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los Doce de Francia y los Nueve de la Fama, y el que ha de poner en olvido los Platires, los Tablantes, Olivantes y Tirantes, los Febos y Belianises, con toda la caterva de los famosos caballeros andantes del pasado tiempo, haciendo en este en que me hallo tales grandezas, estrañezas y fechos de armas, que escurezcan las más claras que ellos ficieron». DQJ, cap. XX, pg. 2.


celada.
(Del lat. [cassis] caelāta, [yelmo] cincelado).
1. f. Pieza de la armadura que servía para cubrir y defender la cabeza.
2. f. Parte de la llave de la ballesta que se arrima a la quijera.
3. f. Soldado de a caballo que usaba celada. «Mas a esto suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que, encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera.». DQJ, cap. I, pg. 3.

cica.
(De or. inc.; cf. port. ant. aciqua).
1. f. germ. bolsa (para el dinero). «-¡Nadie se burle con quebrantar la más mínima cosa de nuestra orden, que le costará la vida! Manifiéstese la cica; y si se encubre por no pagar los derechos, yo le daré enteramente lo que le toca y pondré lo demás de mi casa; porque en todas maneras ha de ir contento el alguacil.». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 18.

chapitel.
(Del fr. ant. chapitel).
1. m. Remate de las torres que se levanta en forma piramidal.
2. m. capitel (‖ de la columna).
3. m. Cono hueco de ágata u otra sustancia dura, que, encajado en el centro de la aguja imanada, sirve para que esta se apoye y gire sobre el extremo del estilete.

cimitarra.
(Quizá del ár. ṣimaṣām[ah] ṭāri'a, espada gitana).

1. f. Especie de sable usado por turcos y persas. «¡Tente, ladrón, malandrín, follón, que aquí te tengo, y no te ha de valer tu cimitarra. DQJ, cap. XXXV, pg. 358.




colegir.
(Del lat. colligĕre).
1. tr. juntar (‖ unir).
2. tr. inferir (‖ sacar consecuencia de otra cosa). «Y sin duda tenemos creído que ella va forzada dondequiera que va, y, según se puede colegir por su hábito, ella es monja, o va a serlo, que es lo más cierto, y quizá porque no le debe de nacer de voluntad el monjío, va triste, como parece». DQJ cap. XXXVI, pg. 2.

corchete.
(Del fr. crochet, ganchillo).
1. m. desus. Ministro inferior de justicia encargado de prender a los delincuentes. «-Así va el mundo, y no hay para qué te pongas ahora a esagerar los vaivenes de fortuna, como si hubiera mucha diferencia de ser mozo de un jifero a serlo de un corchete». NEJ, Novela del coloquio de los perros, pg. 22.

corma.
(Del ár. hisp. qúrma, este del ár. qurmah, y este del gr. κόρμος, pieza de madera).
1. f. Especie de prisión compuesta de dos pedazos de madera, que se adaptan al pie del hombre o del animal para impedir que ande libremente.
2. f. desus. Molestia o gravamen que estorba para obrar con libertad. «Bien es verdad que lo enmendaban los zapatos, porque los del uno eran alpargates, tan traídos como llevados, y los del otro picados y sin suelas, de manera que más le servían de cormas que de zapatos.». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 1.


corregidor.
1. m. Magistrado que en su territorio ejercía la jurisdicción real con mero y mixto imperio, y conocía de las causas contenciosas y gubernativas, y del castigo de los delitos.
2. m. Alcalde que libremente nombraba el rey en algunas poblaciones importantes para presidir el ayuntamiento y ejercer varias funciones gubernativas. «¡Cuántos pobretes están mascando barro no más de por la cólera de un juez absoluto, de un corregidor, o mal informado o bien apasionado!». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 6.

coselete.
(Del fr. corselet).
1. m. Coraza ligera, generalmente de cuero, que usaban ciertos soldados de infantería.
2. m. Soldado que llevaba coselete, y, como arma ofensiva, pica o alabarda, y formaba parte de las compañías de arcabuceros.
3. m. Zool. Tórax de los insectos cuando las tres piezas o segmentos que lo componen están fuertemente unidas entre sí, como en las mariposas. «Y pasara muy adelante si a aquel punto no saliera el ventero, hombre que, por ser muy gordo, era muy pacífico, el cual, viendo aquella figura contrahecha, armada de armas tan desiguales como eran la brida, lanza, adarga y coselete, no estuvo en nada en acompañar a las doncellas en las muestras de su contento». DQJ, cap. II, pg. 5.





cotufa.
(De or. inc.).
1. f. Tubérculo de la raíz de la aguaturma, de unos tres centímetros de largo y que se come cocido.
2. f. Golosina, gollería.
3. f. Palomita de maíz.
4. f. chufa (‖ tubérculo).
pedir ~s en el golfo.
1. loc. verb. coloq. Pedir cosas imposibles. «Así, noramala alcanzaré yo el condado que espero, si vuestra merced se anda a pedir cotufas en el golfo». DQJ, cap. XXX, pg. 302.

enconar.
(Del lat. inquināre, manchar, contaminar).
1. tr. Inflamar, empeorar una llaga o parte lastimada del cuerpo. U. m. c. prnl.
2. tr. Irritar, exasperar el ánimo contra alguien. U. t. c. prnl.
3. tr. Cargar la conciencia con alguna mala acción. U. m. c. prnl.
4. tr. coloq. Ven. infectar (‖ transmitir gérmenes).
5. prnl. Obtener interés o lucro indebido en el caudal, hacienda o negocio que se maneja. « ¿Quién pudiera imaginar que don Fernando, caballero ilustre, discreto, obligado de mis servicios, poderoso para alcanzar lo que el deseo amoroso le pidiese dondequiera que le ocupase, se había de enconar, como suele decirse, en tomarme a mí una sola oveja, que aún no poseía?». DQJ, cap. XXVII, pg. 9.


endriago.
(Quizá del cruce de hidria, hidra, y drago, dragón).
1. m. Monstruo fabuloso, con facciones humanas y miembros de varias fieras.


enjuto, ta.
(Del lat. exsuctus, part. de exsugĕre, chupar).
1. adj. Delgado, seco o de pocas carnes.
2. adj. ant. Parco y escaso, tanto en obras como en palabras.
3. m. pl. Entre pastores y labradores especialmente, tascos y palos secos, pequeños y delgados como sarmientos, que sirven de yesca para encender lumbre.
4. m. pl. Bollitos u otros bocados ligeros que excitan la gana de beber.
5. f. Arq. Triángulo o espacio que deja en un cuadrado el círculo inscrito en él.
6. f. Arq. albanega (‖ de un arco de forma triangular).
7. f. Arq. Triángulo curvilíneo de los varios que forman el anillo de la cúpula. «Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza». DQJ, cap. I, pg. 1.




escarcela.
(Del it. scarsella, bolsa).
1. f. Mochila del cazador, a manera de red.
2. f. Adorno femenino, especie de cofia.
3. f. Especie de bolsa que pendía de la cintura.
4. f. Parte de la armadura que caía desde la cintura y cubría el muslo. «-Mirad, niñas, si tenéis acaso algún cuarto para comprar las candelicas de mi devoción, porque, con la priesa y gana que tenía de venir a traer las nuevas de la canasta, se me olvidó en casa la escarcela». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 21.



facinoroso, sa.
(Del lat. facinorōsus).
1. adj. desus. facineroso. Era u. t. c. s. «¡Oh Mario ambicioso, oh Catilina cruel, oh Sila facinoroso, oh Galalón embustero, oh Vellido traidor, oh Julián vengativo, oh Judas codicioso! Traidor, cruel, vengativo y embustero, ¿qué deservicios te había hecho este triste, que con tanta llaneza te descubrió los secretos y contentos de su corazón?». DQJ, cap. XXVII, pg. 7.

faldellín.
(Del dim. de falda).
1. m. Falda corta.
2. m. Falda corta y con vuelo que usan las campesinas sobre las enaguas.

faldriquera o faltriquera.
(Del mozár. *ḥaṭrikáyra, lugar para bagatelas).
1. f. Bolsillo de las prendas de vestir.
2. f. Bolsillo que se atan las mujeres a la cintura y llevan colgando debajo del vestido o delantal.
3. f. Cubillo, palco de los teatros antiguos. «Dejé mi pueblo, vine a Toledo a ejercitar mi oficio, y en él he hecho maravillas; porque no pende relicario de toca ni hay faldriquera tan escondida que mis dedos no visiten ni mis tiseras no corten, aunque le estén guardando con ojos de Argos». Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 4.





faquín.
(Del fr. faquin).

1. m. Ganapán, esportillero, mozo de cuerda. «¿Y no sabéis vos, gañán, faquín, belitre, que si no fuese por el valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga?». DQJ, cap. XXX, pg. 302.



 

ferreruelo o herreruelo.
(Del ár. dialect. feriyûl, especie de capa o blusa, y este del lat. palliolum, manto pequeño, dim. de pallium, manto, toga).
1. m. Capa corta con cuello y sin capilla. «Yo, señoras mías (que siempre os he de dar este nombre, si el cielo mi pretensión favorece), soy caballero, como lo puede mostrar este hábito -y, apartando el herreruelo, descubrió en el pecho uno de los más calificados  que hay en España-;». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 21.




fustán.
(De or. inc.).
1. m. Tela gruesa de algodón, con pelo por una de sus caras. «Pensando, pues, en estos disparates, se llegó el tiempo y la hora que para él fue menguada de la venida de la asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega de fustán, con tácitos y atentados pasos, entró en el aposento donde los tres alojaban en busca del arriero». DQJ. Cap. XVI, pg. 5.

gabacho.
(Del prov. gavach, que habla mal).
1. adj. despect. coloq. francés. Apl. a pers., u. m. c. s.
2. m. despect. coloq. Lenguaje español plagado de galicismos. «Por un doblón de dos caras se nos muestra alegre la triste del procurador y de todos los ministros de la muerte, que son arpías de nosotras, las pobres gitanas, y más precian pelarnos y desollarnos a nosotras que a un salteador de caminos; jamás, por más rotas y desastradas que nos vean, nos tienen por pobres; que dicen que somos como los jubones de los gabachos de Belmonte: rotos y grasientos, y llenos de doblones». NEJ, Novela de la gitanilla, pg.25.

galima.
(Del ár. hisp. ḡaníma, y este del ár. clás. ḡanīmah).
1. f. desus. Hurto frecuente y pequeño. «Y él les guió donde lo vendían, y ellos, del dinero de la galima del francés, lo compraron todo, y dentro de dos horas pudieran estar graduados en el nuevo oficio, según les ensayaban las esportillas y asentaban los costales». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 6.

garrama.
(Cf. garama).
1. f. Cierta contribución que pagan los musulmanes a sus príncipes. «Sucedió, pues, que la mañana de un día que volvían a Madrid a coger la garrama con las demás gitanillas, en un valle pequeño que está obra de quinientos pasos antes que se llegue a la villa, vieron un mancebo gallardo y ricamente aderezado de camino». Novela de la Gitanilla, pg. 21.

gaudeamus.
(Del lat. gaudeāmus, alegrémonos).
1. m. coloq. Fiesta, regocijo, comida y bebida abundantes. «Fue contenta la Juliana de obedecer a su mayor; y así, todos volvieron a su gaudeamus, y en poco espacio vieron el fondo de la canasta y las heces del cuero». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 25.
                                                                                                   
gazapatón.
(Del grecolat. cacemphăton, dicho malsonante).
1. m. Expresión malsonante en que se incurre por inadvertencia o por mala pronunciación.
2. m. coloq. Disparate o yerro en el hablar.

gola.
(Del lat. gula, garganta).
1. f. Garganta de una persona y región situada junto al velo del paladar.
2. f. Pieza de la armadura antigua que defendía la garganta.
3. f. Insignia de los oficiales militares, que consiste en una media luna convexa de metal, pendiente del cuello.
4. f. Adorno del cuello hecho de lienzo plegado y alechugado, o de tul y encajes.
5. f. Arq. Moldura cuyo perfil tiene la forma de una s, esto es, una concavidad en la parte superior, y una convexidad en la inferior.
6. f. Geogr. Canal por donde entran los buques en ciertos puertos o rías.
7. f. Mil. Entrada desde la plaza al baluarte, o distancia de los ángulos de los flancos.
8. f. Mil. Línea recta, imaginaria cuando no tiene parapeto, que une los extremos de dos flancos en una obra defensiva.

guedeja.
(Cf. vedeja).
1. f. Cabellera larga.
2. f. mechón.
3. f. Melena del león.
tener algo por la ~.
1. loc. verb. No dejar escapar la ocasión de lograrlo.

gurullada.
(Var. de garullada).
1. f. coloq. p. us. Cuadrilla de gente.
2. f. germ. Tropa de corchetes y alguaciles. «-El alguacil de los vagabundos viene encaminado a esta casa, pero no trae consigo gurullada». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 17.

hender.
(Del lat. findĕre).
1. tr. Abrir o rajar un cuerpo sólido sin dividirlo del todo. U. t. c. prnl.
2. tr. Atravesar o cortar un fluido. La flecha hiende el aire. El buque hiende el agua.
3. tr. Abrirse paso rompiendo por entre una muchedumbre de gente o de otra cosa.

jácaro.
(De jaque2).
1. adj. Perteneciente o relativo al guapo y baladrón.
2. m. Hombre guapo y baladrón. «Sábete, amigo, que tiene un Bercebú en el cuerpo este conde de Puñonrostro, que nos mete los dedos de su puño en el alma. Barrida está Sevilla y diez leguas a la redonda de jácaros. NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 6.

jubón.
(Del aum. de juba).
1. m. Vestidura que cubría desde los hombros hasta la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo.
2. m. coloq. jubón de azotes. «Un jubón de lo mismo con trencillas de oro, y una montera de raso de la misma color, con cuello almidonado con grandes puntas y encaje; que de todo vino proveído en las alforjas, imaginando que se había de ver en ocasión que le conviniese mudar de traje». NEJ, Novela del celoso estremeño, pg. 16.






leva.
(De levar).
1. f. trampa (ardid). «-¡No hay levas conmigo! -replicó Monipodio-. ¡La bolsa ha de parecer, porque la pide el alguacil, que es amigo y nos hace mil placeres al año!». NEJ, Novela Rinconete y Cortadillo, pg. 18.

majada.
(Quizá del lat. *maculāta, de macŭla, malla, red).
1. f. Lugar donde se recoge de noche el ganado y se albergan los pastores.
2. f. Estiércol de los animales.
3. f. Excremento humano.
4. f. ant. Mesón, posada, albergue. «y que, mirando a todas partes por ver si descubriría algún castillo o alguna majada de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención le encaminaba». DQJ, cap. II, pg. 3.



manda.
(De mandar).
1. f. Oferta que una persona hace a otra de darle algo.
2. f. Legado de un testamento.
3. f. ant. Testamento de última voluntad. «Sólo confirmo la manda de mi hacienda hecha a Leonisa, sin querer otra recompensa sino que tenga por verdaderos mis honestos pensamientos, y que crea dellos que nunca se encaminaron ni miraron a otro punto que el que pide su incomparable honestidad, su grande valor e infinita hermosura». NEJ, Novela de pg. 41.

modorro.
(De or. inc.).
1. adj. Inadvertido, ignorante, que no distingue las cosas. U. t. c. s. «Otro, más humano, más basto y más modorro, viéndola andar tan ligera en el baile, le dijo:». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 3.




mogote.
(Voz prerromana, quizá del vasco *mokoti, puntiagudo, der. de moko, punta).
1. m. Cualquier elevación del terreno que recuerde la forma de un monte.
2. m. Montón de piedras.
3. m. Montículo aislado, de forma cónica y rematado en punta roma.
4. m. Hacina de forma piramidal.
5. m. Cada una de las dos cuernas de los gamos y venados, desde que les comienzan a nacer hasta que tienen aproximadamente un palmo de largo.



morrión.
(De morra).
1. m. Armadura de la parte superior de la cabeza, hecha en forma de casco, y que en lo alto suele tener un plumaje o adorno.
2. m. Prenda del uniforme militar, a manera de sombrero de copa sin alas y con visera, que se ha usado para cubrir la cabeza.
3. m. Cineg. Especie de vahído o vértigo que padecen las aves de altanería. «Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo, pero vio que tenían una gran falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple;». DQJ, cap. I, pg. 3.




orín.
(Del lat. aerūgo, -ĭnis, roya de cereales, cruzado con aurīgo).
1. m. Óxido rojizo que se forma en la superficie del hierro por la acción del aire húmedo. «lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus bisabuelos, que, tomadas de orín y llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un rincón». DQJ, cap. I, pg. 3.




palafrén.
(Del cat. palafré, y este del celtolat. paraverēdus, caballo de posta).
1. m. Caballo manso en que solían montar las damas, y muchas veces los reyes y príncipes para hacer sus entradas.
2. m. Caballo en que va montado el criado de un jinete. «No estaba tan maltrecho Sancho que no oyese todo cuanto su amo le decía, y, levantándose con un poco de presteza, se fue a poner detrás del palafrén de Dorotea, y desde allí dijo a su amo:». DQJ, cap. XXX, pg. 303.




palomino.
1. m. Pollo de la paloma brava.
2. m. coloq. Mancha de excremento en la ropa interior. «Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda». DQJ, cap. I, pg. 1.

parar.
(De parar, arriesgar en el juego).
1. m. Juego de cartas en que se saca una para los puntos y otra para el banquero, y de ellas gana la primera que hace pareja con las que van saliendo de la baraja. 2. m. presa y pinta. «Fuera desto, aprendí de un cocinero de un cierto embajador ciertas tretas de quínolas y del parar, a quien también llaman el andaboba;». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.

patraña.
(De pastraña, y este del lat. *pastoranĕa).
1. f. Mentira o noticia fabulosa, de pura invención.


paulina.
(De Paulo III, papa de 1534 a 1549, que restableció en Italia la Inquisición).
1. f. Carta o despacho de excomunión que se expide en los tribunales pontificios para el descubrimiento de algo que se sospecha haber sido robado u ocultado maliciosamente.
2. f. coloq. p. us. Reprensión áspera y fuerte.
3. f. coloq. p. us. Carta ofensiva anónima. «-Cuanto más, que cartas de descomunión hay, paulinas, y buena diligencia, que es madre de la buena ventura; aunque, a la verdad, no quisiera yo ser el llevador de tal bolsa; porque, si es que vuesa merced tiene alguna orden sacra, parecerme hía a mí que había cometido algún grande incesto, o sacrilegio». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 8.

pecunia.
(Del lat. pecunĭa).
1. f. coloq. Moneda o dinero. «Y desto hemos de hacer luego la experiencia los dos: armemos la red, y veamos si cae algún pájaro destos arrieros que aquí hay; quiero decir que jugaremos los dos a la veintiuna, como si fuese de veras; que si alguno quisiere ser tercero, él será el primero que deje la pecunia». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.

pelaza.
(De pelo).
1. f. p. us. Pendencia, riña, disputa. «Con esta sospecha se levantó, y, encendiendo un candil, se fue hacia donde había sentido la pelaza». DQJ, cap. XVI, pg. 153.

peña.
(Del lat. pinna, pluma, ala, almena, etc.).
1. f. Piedra grande sin labrar, según la produce la naturaleza.
2. f. Monte o cerro peñascoso.
3. f. Corro o grupo de amigos o camaradas.
4. f. Círculo de recreo.
5. f. Grupo de personas que participan conjuntamente en fiestas populares o en actividades diversas, como apostar, jugar a la lotería, cultivar una afición, fomentar la admiración a un personaje o equipo deportivo, etc.
6. f. ant. Piel para forro o guarnición.

peraile.
1. m. desus. Cardador de paños, pelaire. «Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que, entre la gente que estaba en la venta, se hallasen cuatro perailes de Segovia, tres agujeros del Potro de Córdoba y dos vecinos de la Heria de Sevilla, gente alegre, bien intencionada, maleante y juguetona». DQJ, cap. XVII, pg. 8. 

pertrechos.
(De or. inc.).
1. m. pl. Municiones, armas y demás instrumentos, máquinas, etc., necesarios para el uso de los soldados y defensa de las fortificaciones o de los buques de guerra. U. t. en sing.
2. m. pl. Instrumentos necesarios para cualquier operación. «Mas, en efeto, temiendo la máquina de tantos pertrechos, determinó de hablarle comedidamente, y así, le dijo:». DQJ, cap. II, pg. 5.

poltrón, na.
(Del it. poltrone).
1. adj. Flojo, perezoso, haragán, enemigo del trabajo.
2. f. silla poltrona. «Hállase allí el ejercicio que la salud acomoda, sacudiendo de los miembros a la pereza poltrona». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg.39.

presea.
(Del lat. praesidĭa, pl. n. de praesidĭum, defensa).
1. f. Alhaja, joya, tela, etc., preciosas. «Y también enterraron con ella sus alhajas, como fueron silla y freno y cinchas, a uso de los indios, que sepultan con ellos sus más ricas preseas». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 39.

pulla.
(Del port. pulha).
1. f. Palabra o dicho obsceno.
2. f. Dicho con que indirectamente se humilla a alguien.
3. f. Expresión aguda y picante dicha con prontitud. «Allí está la suciedad limpia, la gordura rolliza, el hambre prompta, la hartura abundante, sin disfraz el vicio, el juego siempre, las pendencias por momentos, las muertes por puntos, las pullas a cada paso, los bailes como en bodas, las seguidillas como en estampa, los romances con estribos, la poesía sin acciones». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 2.

quínola.
1. f. Lance principal del juego de las quínolas, que consiste en reunir cuatro cartas de un palo, ganando, cuando hay más de un jugador que tenga quínola, aquel que suma más puntos, atendiendo al valor de las cartas.
2. f. coloq. Rareza, extravagancia.
3. f. pl. Juego de naipes cuyo lance principal es la quínola. «Finalmente, uno dellos, que parecía de más razón y discurso, los concertó en que se echase la cola contra un cuarto del asno a una quínola o a dos y pasante». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 39.

rastrojo.
(De restojo).
1. m. Residuo de las cañas de la mies, que queda en la tierra después de segar.
2. m. El campo después de segada la mies y antes de recibir nueva labor.
3. m. pl. Residuos que quedan de algo.




rentoy.
1. m. Juego de naipes entre dos, cuatro, seis u ocho personas, a cada una de las cuales se dan tres cartas. Se vuelve otra para muestra del triunfo y el dos o malilla del palo correspondiente gana a todas las demás, cuyo orden es: rey, caballo, sota, siete, seis, cinco, cuatro y tres. Se roba y hacen bazas como en el tresillo, se envida y se permiten señas entre los compañeros.
2. m. Muestra del triunfo en el juego del rentoy.
3. m. coloq. Pulla o indirecta. Echar, tirar un rentoy.
4. m. coloq. Jactancia o desplante. «En tres años que tardó en parecer y volver a su casa, aprendió a jugar a la taba en Madrid, y al rentoy en las Ventillas de Toledo, y a presa y pinta en pie en las barbacanas de Sevilla;». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 1.

retama.
(Del ár. hisp. ratáma, y este del ár. clás. ratamah).
1. f. Mata de la familia de las Papilionáceas, de dos a cuatro metros de altura, con muchas verdascas o ramas delgadas, largas, flexibles, de color verde ceniciento y algo angulosas, hojas muy escasas, pequeñas, lanceoladas, flores amarillas en racimos laterales y fruto de vaina globosa con una sola semilla negruzca. Es común en España y apreciada para combustible de los hornos de pan.




sabeo, a.
(Del lat. Sabaeus, este del gr. Σαβαῖος, y este del ár. dialect. sb'y[n]).
1. adj. Natural de Saba. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a esta región de la Arabia antigua. «Pero no me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática, y un no sé qué de bueno, que yo no acierto a dalle nombre?». DQJ, cap. XXXI, pg. 307.
 

sacre.
(De or. inc.).
2. m. Pieza de artillería, que era el cuarto de culebrina y tiraba balas de cuatro a seis libras.
3. m. Hombre que roba o hurta. «-Ese Judío también -dijo Monipodio- es gran sacre y tiene gran conocimiento. Días ha que no le he visto, y no lo hace bien.». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 36.

sambenito.
1. m. Capotillo o escapulario que se ponía a los penitentes reconciliados por el Tribunal eclesiástico de la Inquisición.
2. m. Letrero que se ponía en las iglesias con el nombre y castigo de los penitenciados, y las señales de su castigo.
3. m. Descrédito que queda de una acción.
4. m. difamación. «A lo menos, más querría yo clavar cien cuernos y otros tantos sambenitos, como se me pagase mi trabajo, que decillo sola una vez, aunque fuese a la madre que me parió». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 34.

sayal.
(De sayo).
1. m. Tela muy basta labrada de lana burda.
2. m. Prenda de vestir hecha con este tejido. «Y quiero hacer saber a vuesa merced que debajo del sayal hay ál, y que debajo de mala capa suele estar un buen bebedor». NEJ, pg. 22.






sirte.

(Del gr. σύρτις, de σύρειν, barrer, arrastrar en pos de sí).

1. f. Bajo de arena. «El cual alcanzado, a muchos hemos visto que, habiendo pasado por estas Sirtes y por estas Scilas y Caribdis, como llevados en vuelo de la favorable fortuna, digo que los hemos visto mandar y gobernar el mundo desde una silla, trocada su hambre en hartura, su frío en refrigerio, su desnudez en galas, y su dormir en una estera en reposar en holandas y damascos: premio justamente merecido de su virtud». DQJ, cap. XXXVII, pg. 385.
 

superchería.
(Del it. superchieria).
1. f. Engaño, dolo, fraude.
2. f. desus. Injuria o violencia hecha con abuso manifiesto o alevoso de fuerza. «Y no piensen que por ser tantos los que aquí están me han de hacer superchería, porque soy yo un hombre que me sabré llegar a otro hombre y meterle dos palmos de daga por las tripas sin que sepa de quién, por dónde o cómo le vino;». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 39.

taba.
(Del ár. hisp. ká‘ba, y este del ár. clás. ka‘bah).
1. f. astrágalo (hueso del tarso).
2. f. Lado de la taba opuesto a la chuca.
3. f. Juego en que se tira al aire una taba de carnero, u otro objeto similar, y se gana o se pierde según la posición en que caiga aquella. «En tres años que tardó en parecer y volver a su casa, aprendió a jugar a la taba en Madrid, y al rentoy en las Ventillas de Toledo, y a presa y pinta en pie en las barbacanas de Sevilla;». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 1.

tafetán.
(Del cat. o it. taffeta, y estos del persa tāfte, tejido).
1. m. Tela delgada de seda, muy tupida.
2. m. pl. banderas (‖ telas empleadas como enseñas).
3. m. pl. p. us. Galas de mujer.

tahalí.
(Del ár. hisp. tahlíl, y este del ár. clás. tahlīl, exclamación de la profesión de fe islámica, que dio nombre a la caja en que se llevaba escrito y, posteriormente, a su sujeción).
1. m. Tira de cuero, ante, lienzo u otra materia, que cruza desde el hombro derecho por el lado izquierdo hasta la cintura, donde se juntan los dos cabos y se pone la espada.
2. m. Pieza de cuero que, pendiente del cinturón, sostiene el machete o el cuchillo bayoneta.
3. m. Caja de cuero pequeña en que los soldados solían llevar reliquias y oraciones. «Atravesábale un tahalí por espalda y pechos a do colgaba una espada ancha y corta, a modo de las del perrillo». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13.



tanda.
(Quizá del ár. hisp. *ḍámda, y este del ár. clás. ḍamdah, acción de vendar o golpear la cabeza una vez).
1. f. Alternativa o turno.
2. f. tarea (obra o trabajo).
3. f. Capa con que se cubre o baña algo.
4. f. Cada uno de los grupos en que se dividen las personas o las bestias empleadas en una operación o trabajo.
5. f. Partida de juego, especialmente de billar.
6. f. Número indeterminado de ciertas cosas de un mismo género. Tanda de azotes, de rigodones. «Tuve paciencia, encogí los hombros, sufrí la tanda y mosqueo, y salí a cumplir mi destierro, con tanta priesa, que no tuve lugar de buscar cabalgaduras». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.

tártago.
(Del lat. tartărus).
1. m. Planta herbácea anual de la familia de las Euforbiáceas, que crece hasta un metro de altura, con tallo corto, sencillo y garzo, hojas lanceoladas, opuestas, en cruz, enteras y obtusas, flores unisexuales sin corola, y fruto seco, capsular, redondeado, con semillas arrugadas, del tamaño de cañamones. Tiene virtud purgante y emética muy fuerte, y es común en España.
2. m. Disgusto que sobreviene por algún grave suceso, como la pérdida del caudal o de la salud.
3. m. coloq. Chasco pesado. «Quedáronse con el soneto, porque no quiso pedirle Preciosa, por no dar otro tártago a Andrés; que ya sabía ella, sin ser enseñada, lo que era dar sustos y martelos, y sobresaltos celosos a los rendidos amantes». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 33.

tinelo.
(Del it. tinello).
1. m. Comedor de la servidumbre en las casas de los grandes. «Llegada, pues, la hora, sentáronse todos a una larga mesa, como de tinelo, porque no la había redonda ni cuadrada en la venta, y dieron la cabecera y principal asiento, puesto que él lo rehusaba, a don Quijote, el cual quiso que estuviese a su lado la señora Micomicona, pues él era su aguardador». DQJ, cap. XXXVII, pg. 383. 


 
toquilla.
(Del dim. de toca).
1. f. Pañuelo pequeño, comúnmente triangular, que se ponen algunas mujeres en la cabeza o al cuello.
2. f. Pañuelo de punto, generalmente de lana, que usan para abrigo las mujeres y los niños.
3. f. Adorno de gasa, cinta, etc., que se ponía alrededor de la copa del sombrero. «Otro día, bien de mañana, ya estaba Lorenzo a la puerta, y don Juan de camino con el sombrero del cintillo, a quien adornó de plumas negras y amarillas, y cubrió el cintillo con una toquilla negra». NEJ, Novela de la señora Cornelia, pg. 20.

torniscón.
1. m. coloq. tornavirón.
2. m. coloq. Pellizco retorcido.

trueco.
(De trocar).
1. m. trueque.
a, o en, ~.
1. locs. advs. Cambiando una cosa por otra.
a ~ de.
1. loc. adv. con tal de que. «-Pecadora de mí -dijo Cornelia-, ¿cómo todo podía ser? ¿Cómo es esto, ama mía?; que el corazón me revienta en el pecho hasta saber este trueco». NEJ, Novela de señora Cornelia, pg. 14: «Que, a trueco de no perder la del alma, daré por bien empleado perder la del cuerpo». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 2.

tuáutem.
(Del lat. Tu autem, [Domine, miserēre nobis], pero Tú, [Señor, ten piedad de nosotros], palabras con que terminan las lecciones del Breviario).
1. m. coloq. p. us. Persona que se tiene por principal y necesaria para algo.
2. m. coloq. p. us. Cosa que se considera precisa e importante para algún fin. «-No se lea la casa, que ya yo sé dónde es -respondió Monipodio-, y yo soy el tuáutem y esecutor desa niñería, y están dados a buena cuenta cuatro escudos, y el principal es ocho». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 34.

tundir.
(Del lat. tondēre, trasquilar, rapar, cortar).
1. tr. Cortar o igualar con tijera el pelo de los paños. ««El duro, estrecho, apocado y fementido lecho de don Quijote estaba primero en mitad de aquel estrellado establo, y luego, junto a él, hizo». el suyo Sancho, que sólo contenía una estera de enea y una manta, que antes mostraba ser de anjeo tundido que de lana». DQJ, cap. XVI, pg. 150.

valón.
(Der. del al. Felche, y este del a. al. ant. walah, nombre con que los germanos llamaban a sus vecinos romanizados).
1. f. Cuello grande y vuelto sobre la espalda, hombros y pecho, que se usó especialmente en los siglos XVI y XVII. «El otro venía escueto y sin alforjas, puesto que en el seno se le parecía un gran bulto, que, a lo que después pareció, era un cuello de los que llaman valones, almidonado con grasa, y tan deshilado de roto, que todo parecía hilachas». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 1.

veintiuna.
1. f. Juego de naipes, o de dados, en que gana quien hace 21 o se acerca más a ellos sin pasar. «Quiero decir que jugaremos los dos a la veintiuna, como si fuese de veras; que si alguno quisiere ser tercero, él será el primero que deje la pecunia». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.

velarte.
1. m. Paño enfurtido y lustroso, de color negro, que servía para capas, sayos y otras prendas exteriores de abrigo. «El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino». DQJ, cap. I, pg. 1.



vellorí.
(Del lat. vellus, -ĕris).
1. m. Paño entrefino, de color pardo ceniciento o de lana sin teñir. «El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino». DQJ, cap. I, pg. 1.



ventiscar.
1. intr. impers. Nevar con viento fuerte.
2. intr. impers. Levantarse la nieve por la violencia del viento. «Y más, que antes que sea mediodía tengo de ir a cumplir mis devociones y poner mis candelicas a Nuestra Señora de las Aguas y al Santo Crucifijo de Santo Agustín, que no lo dejaría de hacer si nevase y ventiscase». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 20.

voacé.
(De vosa merced).
1. com. desus. usted. «-Voacé se detenga y cumpla su palabra, pues nosotros hemos cumplido la nuestra con mucha honra y con mucha ventaja: veinte ducados faltan, y no ha de salir de aquí voacé sin darlos, o prendas que lo valgan». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 31.

vira.
(De or. inc., quizá del fr. vire, y este del lat. vulg. *veria, var. del lat. verua, pl. de veru, dardo).
1. f. Especie de saeta delgada y de punta muy aguda.
2. f. Tira de tela, badana o vaqueta que, para dar fuerza al calzado, se cose entre la suela y la pala.
3. f. Mur. Franja con que las mujeres adornan los vestidos. «-No, a fe de caballeros -respondió uno-; bien puedes entrar, niña, segura, que nadie te tocará a la vira de tu zapato; no, por el hábito que traigo en el pecho». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 12.




zahón.
(De zagón, aum. del ár. hisp. sáq, y este del ár. clás. sāq, pierna).
1. m. Especie de mandil, principalmente de cuero, atado a la cintura, con perneras abiertas por detrás que se atan a la pierna, usado por cazadores, vaqueros y gente de campo para resguardar el traje. U. m. en pl. «Vistiéronse a lo payo, con capotillos de dos haldas, zahones o zaragüelles y medias de paño pardo». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 5.




zaragüelles.
(Del ár. hisp. saráwil, este del ár. clás. sarāwīl, y este del arameo sarbāl[ā] o sarbēlā o sarbalā).
1. m. pl. Calzones anchos y con pliegues, que forman parte del traje regional valenciano.
2. m. pl. Calzoncillos blancos que asoman por debajo del calzón en el traje regional aragonés.
3. m. pl. Planta de la familia de las Gramíneas, con las cañas débiles, derechas, de más de tres decímetros de altura, desnudas en la parte superior, y en la inferior con tres nudos negruzcos e igual número de hojas que envuelven el tallo en la mitad de la parte comprendida entre nudo y nudo, y las flores en panoja compuesta de espiguillas colgantes con aristas rectas.
4. m. pl. coloq. Calzones muy anchos, largos y mal hechos. «Traía cubierta una capa de bayeta casi hasta los pies, en los cuales traía unos zapatos enchancletados, cubríanle las piernas unos zaragüelles de lienzo, anchos y largos hasta los tobillos;». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13.