¡Hola!
Muy buenos días a todos. ¿Cómo andan?
Hoy les presento un breve léxico cervantino, el cual he sacado primordialmente de sus libros Novelas Ejemplares, y el Don Quijote de la Mancha. Contiene varias voces tan fascinantes ya en desuso. Hay vocablos que pertenecen al mundo de la fábrica: vira, anascote, sayal. Palabras injuriosas: atún, gabacho, palurdo. También hay una presencia formidable de palabras árabes: adarga, albricias, corma, faldriquera taba, zaragüelles, etc.
La destreza lingüística que uno requiere para leer Cervantes con soltura, respeto a la gran variedad léxica que contenían sus libros, y la extrañeza de varias de sus palabras para el lector del siglo XXI, me dio el ímpetu para hacer este blog.
Me parece que no hay otro blog por internet que tiene esta misma función, así que espero que haya servido para el entendimiento de las palabras curiosas en los libros sempiternos de este gran autor alcalaíno inmortal. ¡Disfrútenlo!
Enlaces para los libros: Novelas Ejemplares (abreviado NEJ en el texto): http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/novelas.pdf
Don Quijote (abreviado DQJ en el texto): http://www.biblioteca.org.ar/libros/132556.pdf
Hoy les presento un breve léxico cervantino, el cual he sacado primordialmente de sus libros Novelas Ejemplares, y el Don Quijote de la Mancha. Contiene varias voces tan fascinantes ya en desuso. Hay vocablos que pertenecen al mundo de la fábrica: vira, anascote, sayal. Palabras injuriosas: atún, gabacho, palurdo. También hay una presencia formidable de palabras árabes: adarga, albricias, corma, faldriquera taba, zaragüelles, etc.
La destreza lingüística que uno requiere para leer Cervantes con soltura, respeto a la gran variedad léxica que contenían sus libros, y la extrañeza de varias de sus palabras para el lector del siglo XXI, me dio el ímpetu para hacer este blog.
Me parece que no hay otro blog por internet que tiene esta misma función, así que espero que haya servido para el entendimiento de las palabras curiosas en los libros sempiternos de este gran autor alcalaíno inmortal. ¡Disfrútenlo!
Enlaces para los libros: Novelas Ejemplares (abreviado NEJ en el texto): http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/novelas.pdf
Don Quijote (abreviado DQJ en el texto): http://www.biblioteca.org.ar/libros/132556.pdf
Pequeño léxico
Cervantino
compilado por Richard Pollard
abadejo.
(Quizá de abad).
1. m. bacalao. «A dicha, acertó a ser viernes aquel día, y no
había en toda la venta sino unas raciones de un pescado que en Castilla llaman abadejo,
y en Andalucía bacallao, y en otras partes curadillo, y en otras truchuela». DQJ, Cap.
II, pg. 6.
acullá.
(Del lat. eccum e illāc).1. adv. l. A la parte opuesta de quien habla. U. en contraposición a adverbios demostrativos de cercanía, como aquí o acá, y menos frecuentemente a los de lejanía, como allí o allá, de los que puede ser un intensivo. «Por este camino que he pintado, áspero y dificultoso, tropezando aquí, cayendo allí, levantándose acullá, tornando a caer acá, llegan al grado que desean;». DQJ, cap. XXXI, pg. 309.
acurrucarse.
(Quizá del lat. corrugāre 'arrugar').
1. prnl. Encogerse para resguardarse del
frío o con otro objeto. «La moza, viendo que su amo venía, y que era de condición terrible, toda
medrosica y alborotada, se acogió a la cama de Sancho Panza, que aún dormía, y
allí se acorrucó y se hizo un ovillo». DQJ, Cap. XVI, pg. 6.
adalid.
(Del ár. hisp. addalíl,
y este del ár. clás. dalīl).
1. m. Caudillo militar.
2. m. Guía y
cabeza, o muy señalado individuo de algún partido, corporación o escuela. «Avisóles su adalid de los puestos donde habían de acudir: por las mañanas, a la
Carnicería y a la plaza de San Salvador; los días de pescado, a la Pescadería y
a la Costanilla; todas las tardes, al río; los jueves, a la Feria». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 6.
adarga.
(Del ár. hisp. addárqa, y este del ár. clás. daraqah).
1. f. Escudo de cuero, ovalado o de
forma de corazón. «En un lugar de la
Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un
hidalgo de los de lanza en astillero, adarga
antigua, rocín flaco y galgo corredor». DQJ, cap. I, pg. 1.
aduar.
(Del ár. beduino duwwār).
1. m. Pequeña población de beduinos, formada de
tiendas, chozas o cabañas.
2. m. Conjunto de
tiendas o barracas que los gitanos levantan en el campo para su habitación. «Si dineros fueren menester para alcanzar
perdón de la parte, todo nuestro aduar
se venderá en pública almoneda, y se dará aún más de lo que pidieren. Señora
mía, si sabéis qué es amor, y algún tiempo le tuvistes, y ahora le tenéis a
vuestro esposo, doleos de mí, que amo tierna y honestamente al mío». NEJ,
Novela de la gitanilla, pg. 56.
adunia.
(Del ár. hisp. addúnya
'mucho'; literalmente 'el mundo [entero]', y este del ár. clás. dunyā).
1. adv. m. desus. En abundancia. «Los viejos bebieron sine fine;
los mozos adunia; las señoras, los quiries». NEJ, Novela de Rinconete y
Cortadillo, pg. 25.
afable.
(Del lat. affabĭlis).
1. adj. Agradable, dulce, suave en la
conversación y el trato.
2. adj. desus. Que se puede decir o expresar con
palabras. «Apenas hubieron visto a mi
amo, cuando todos se fueron a él con los brazos abiertos, y todos le brindaron,
y él hizo la razón a todos, y aun la hiciera a otros tantos si le fuera algo en
ello, por ser de condición afable y
amigo de no enfadar a nadie por pocas cosas». NEJ, Novela del coloquio de
los perros, pg. 26.
aína.
(Del lat. vulg. agīna,
der. de agĕre 'hacer').
3. adv. m. ant. fácilmente. «―Con todo eso
―respondió don Quijote―, tomara yo
ahora más aína un cuartal de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas
arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado
por el doctor Laguna». DQJ, cap. XVII, pg. 9.
albanega.
(Del ár. hisp. albaníqa, este del ár. clás. banīqah, y
este del lat. paganĭca, t. f. de paganĭcus 'aldeano, rústico',
por ser indumentaria rústica).
1. f. Especie de cofia o red para
recoger el pelo, o para cubrir la cabeza.
2. f. Manga cónica, hecha de red y
cerrada por el extremo más estrecho, que se usa para cazar conejos u otros
animales cuando salen de la madriguera.
3. f. Arq. Enjuta de arco de forma triangular. «Pensando, pues, en estos disparates, se
llegó el tiempo y la hora ―que para él fue menguada― de la venida de la
asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega de fustán, con tácitos y
atentados pasos, entró en el aposento donde los tres alojaban en busca del
arriero». DQJ, cap. XVI, pg. 151.
albayalde.
(Del ár. hisp. albayáḍ, y este del ár. clás. bayāḍ).
1. m. Carbonato básico del plomo. Es
sólido, de color blanco y se emplea en la pintura. «Al volver, que volvió, Monipodio, entraron con él
dos mozas, afeitados los rostros, llenos de color los labios y de albayalde los pechos, cubiertas con
medios mantos de anascote, llenas de desenfado y desvergüenza:».
NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 19.
albricias.
(Del ár. hisp. albúšra,
y este del ár. clás. bušrà).
1. f. pl. Regalo que se da por alguna buena nueva
a quien trae la primera noticia de ella.
2. f. pl. Regalo
que se da o se pide con motivo de un fausto suceso. «―¿Por
qué, señor don Juan, no acabáis de poner la alegría y el contento destos
señores en su punto, pidiendo las albricias
del hallazgo de la señora Cornelia y de su hijo?».
NEJ, Novela de la señora Cornelia, pg. 26.
alcaide.
(Del ár. hisp. alqáyid, y este del ár. clás. qā'id
'conductor [de tropas]').
1. m. Hasta fines de la Edad Media,
encargado de la guarda y defensa de algún castillo o fortaleza.
2. m. Posteriormente, encargado de la
conservación y administración de algún sitio real.
3. m. Persona que tiene a su cargo el
gobierno de una cárcel.
4. m. En las alhóndigas y otros
establecimientos, encargado de su custodia y buen orden. «Púsose luego el rey de Trípol en toda su hacienda, y el alcaide de los muertos que allí tiene
el Gran Turco (que, como sabes, es heredero de los que no le dejan en su
muerte);». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 12.
alcorza.
(Del ár. hisp. alqúrṣa,
y este del ár. clás. qurṣah).
1. f. Pasta muy blanca de azúcar y almidón, con
la cual se suelen cubrir varios géneros de dulces y se hacen diversas piezas o
figuras.
2. f. Dulce
cubierto con esta pasta. «¿Ése llama
vuesa merced hoyo, señora mía? Pues yo sé poco de hoyos, o ése no es hoyo, sino
sepultura de deseos vivos. ¡Por Dios, tan linda es la gitanilla que hecha de
plata o de alcorza no podría ser
mejor! ¿Sabes decir la buenaventura, niña?» NEJ, Novela de la gitanilla,
pg. 16.
alcuza.
(Del ár. hisp. alkúza, este del ár. clás. kūzah, este del
arameo kūz[ā], y este del persa kuze).
1. f. Vasija de barro, de hojalata o de
otros materiales, generalmente de forma cónica, en que se guarda el aceite para
diversos usos.
redoma para echallo, y, como no
la hubo en la venta, se resolvió de ponello en una alcuza o aceitera de hoja de lata, de quien el ventero le hizo
grata donación». DQJ,
cap. XVII, pg. 5.
aldabilla.
(Del dim. de aldaba).
1. f. Pieza de hierro en forma de gancho, que,
entrando en una hembrilla, sirve para cerrar puertas, ventanas, cofres, cajas, etc. «viendo aquellos señores mi
poca edad, se contentaron con que me arrimasen al aldabilla y me mosqueasen las espaldas por un rato, y con que
saliese desterrado por cuatro años de la Corte». NEJ, Novela de Rinconete y
Cortadilla, pg. 3.
alfana.
(Del ár. alfaḥl, semental).
(Del ár. alfaḥl, semental).
1. f. Caballo corpulento, fuerte y
brioso. «Y aun haré cuenta que voy caballero
sobre el caballo Pegaso, o sobre la cebra o alfana en que cabalgaba aquel famoso moro Muzaraque, que aún hasta
ahora yace encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran
Compluto». DQJ, cap. XXIX, pg. 293.
alforza.
(Del ár. hisp. alḥúzza,
y este del ár. clás. ḥuǧzah).
1. f. Pliegue o doblez que se hace en ciertas
prendas como adorno o para acortarlas y poderlas alargar cuando sea necesario.
2. f. coloq. Costurón,
cicatriz, grieta. «¿Cien escudos quieres
tú que deseche, Preciosa, y de oro en oro, que pueden andar cosidos en el alforza de una saya que no valga dos
reales, y tenerlos allí como quien tiene un juro sobre las yerbas de
Estremadura?». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 25.
allende.
(Del lat. illinc
'de allí').
1. adv. l. De la parte de allá.
3. prep. Más allá de, de la parte de allá de.
4. prep. Además de,
fuera de. Allende DE ser hermosa, era discreta. «Siempre miran los celosos con antojos
de allende, que hacen las cosas
pequeñas, grandes; los enanos, gigantes, y las sospechas, verdades». NEJ, Novela
de la gitanilla, pg. 43.
almalafa.
(Del ár. hisp. almalḥáfa o almaláḥfa, y este del ár. clás. milḥafah).
1. f. Vestidura moruna que cubría el cuerpo desde los hombros hasta los pies. «Entró luego tras él, encima de un jumento, una mujer a la morisca vestida, cubierto el rostro con una toca en la cabeza; traía un bonetillo de brocado, y vestida una almalafa, que desde los hombros a los pies la cubría». DQJ, cap. XXXVII, pg. 380.
almena.
(Del art. ár. al- y el lat. minae 'almenas').
1. f. Cada uno de los prismas que
coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los
defensores. «Fuese llegando a la venta,
que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a
Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al
castillo». DQJ, cap. II, pg. 4.
almadraba.
(Del ár. hisp. almaḍrába
'lugar donde se golpea o lucha').
1. f. Pesca de atunes.
2. f. Lugar donde
se hace esta pesca y donde posteriormente se prepara el pescado.
3. f. Red o cerco
de redes con que se pescan atunes.
4. f. Tiempo en
que se pesca el atún. Era u. t. en pl. con el mismo significado que en sing.
5. f. desus. tejar1. «Pasó por todos los grados de
pícaro hasta que se graduó de maestro en las almadrabas de Zahara, donde
es el finibusterrae de la picaresca». NEJ, Novela de la ilustre
fregona, pg. 2.
(Del art. ár. al- y el lat. minae 'almenas').
1. f. Cada uno de los prismas que coronan los muros de las antiguas fortalezas para resguardarse en ellas los defensores. «Fuese llegando a la venta, que a él le parecía castillo, y a poco trecho della detuvo las riendas a Rocinante, esperando que algún enano se pusiese entre las almenas a dar señal con alguna trompeta de que llegaba caballero al castillo». DQJ, cap. II, pg. 4.
(Del ár. hisp. almuẖfíyya;
literalmente 'oculta').
1. f. jofaina. «En la pared frontera estaba
pegada a la pared una imagen de Nuestra Señora, destas de mala estampa, y más
abajo pendía una esportilla de palma, y, encajada en la pared, una almofía
blanca, por do coligió Rincón que la esportilla servía de cepo para limosna, y
la almofía de tener agua bendita, y así era la verdad». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13.
almojarifazgo.
(De almojarife).
1. m. Derecho que se pagaba por los géneros o
mercaderías que salían del reino, por los que se introducían en él, o por
aquellos con que se comerciaba de un puerto a otro dentro de España.
2. m. Oficio y
jurisdicción del almojarife. «Con todo
esto, a la entrada de la ciudad, que fue a la oración y por la puerta de la
Aduana, a causa del registro y almojarifazgo
que se paga, no se pudo contener Cortado de no cortar la valija o maleta que a
las ancas traía un francés de la camarada;». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.5.
almoneda.
(Del ár. hisp. almunáda, y este del ár. clás. munādāh).
1. f. Venta pública de bienes muebles
con licitación y puja.
2. f. Venta de géneros que se anuncian
a bajo precio.
3. f. Local donde se realiza esta
venta. «Si dineros fueren menester para
alcanzar perdón de la parte, todo nuestro aduar se venderá en pública almoneda, y se dará aún más de lo que
pidieren. Señora mía, si sabéis qué es amor, y algún tiempo le tuvistes, y
ahora le tenéis a vuestro esposo, doleos de mí, que amo tierna y honestamente
al mío». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 56.
alnado.
(Del lat. ante natus
'nacido antes').
he dicho,
porque mi tierra no es mía, pues no tengo en ella más de
un padre que
no me tiene por hijo y una madrastra que me trata
como alnado;». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 2.
alquicel o alquicer.
(Del ár. hisp. alkisá
o alkisí, y este del ár. clás. kisā').
1. m. Vestidura morisca a modo de capa,
comúnmente blanca y de lana.
2. m. Cierto
tejido que servía para cubiertas de bancos, mesas u otras cosas. «Y los moros los recibieron en
su bajel, en el cual venía un judío, riquísimo mercader, y toda la mercancía
del bajel, o la más, era suya; era de barraganes y alquiceles y de otras
cosas que de Berbería se llevaban a Levante». NEJ, Novela del amante liberal,
pg. 29.
anascote.
(Del fr. ant. anascot,
y este de Hondschoote, ciudad flamenca).
1. m. Tela delgada de lana, asargada por ambos
lados, que usan para sus hábitos varias órdenes religiosas. También la emplean
para sus vestidos las mujeres del pueblo en algunas provincias de España.
2. m. ant. Tela de
seda, parecida a la sarga. «Al volver,
que volvió, Monipodio, entraron con él dos mozas, afeitados los rostros, llenos
de color los labios y de albayalde los pechos, cubiertas con medios mantos de anascote, llenas de desenfado y
desvergüenza:». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 19.
anata
o nata.
(Del b. lat. annāta,
y este der. del lat. annus 'año').
1. f. Impuesto eclesiástico que consistía en la
renta o frutos correspondientes al primer año de posesión de cualquier
beneficio o empleo. «Él respondió que,
por dalles contento a todos, desde aquel punto se las concedía, y
advirtiéndoles que las estimasen en mucho, porque eran no pagar media nata del primer hurto que hiciesen;».
NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 17.
anjeo.
(De Angeu, nombre provenzal del ducado de Anjou, en Francia, de
donde procede).
1. m. Especie de lienzo basto. «El
duro, estrecho, apocado y fementido lecho de don Quijote estaba primero en
mitad de aquel estrellado establo, y luego, junto a él, hizo».
el suyo Sancho, que sólo contenía una estera de enea
y una manta, que antes mostraba ser de anjeo tundido que de lana». DQJ,
cap. XVI, pg. 4.
antipara.
(De ante2
y parar2).
1. f. Cancel o biombo que se pone delante de
algo para ocultarlo a la vista.
2. f. Polaina o
prenda de vestir que cubre la pierna solo por delante. U. m. en pl. con el mismo
significado que en sing. «Fuera desto, aprendí de un cocinero
de un cierto embajador ciertas tretas de quínolas y del parar, a quien también
llaman el andaboba; que, así como vuesa merced se puede examinar en el corte de
sus antiparas, así puedo yo ser
maestro en la ciencia vilhanesca». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.3.
apear.
(Del lat. *appedāre, der. de pes, pedis 'pie').
1. tr. Desmontar o bajar a alguien de
una caballería, de un carruaje o de un automóvil. U. m. c. prnl.
2. tr. Maniatar a una caballería para
que no se escape.
3. tr. Calzar algún coche o carro,
arrimando a la rueda una piedra o leño para que no ruede.
4. tr. Reconocer, señalar o deslindar
una o varias fincas, y especialmente las que están sujetas a determinado censo,
foro u otro derecho real.
5. tr. Cortar un árbol por el pie y
derribarlo.
6. tr. Sortear, superar, vencer alguna
dificultad o cosa muy ardua.
7. tr. Quitar, destituir a alguien de su ocupación o
cargo. U. t. c. prnl. «Y, dando el estribo a un mozo de mulas que con él
venía, se apeó y hizo que le diesen
luego de cenar, y así fue hecho». NEJ, Novela
de las doncellas, pg. 2.
ardite.
(Quizá del gascón ardit, de or. desc.).
1. m. Moneda de poco valor que hubo
antiguamente en Castilla.
2. m. Cosa insignificante o de muy poco
valor. No dársele a alguien un ardite. «-No me parece mal remedio ese -dijo
Cortado-, pero advierta vuesa merced no se le olviden las señas de la bolsa, ni
la cantidad puntualmente del dinero que va en ella; que si yerra en un ardite, no parecerá en días del mundo, y
esto le doy por hado». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.9.
armiño.
(Cf. fr. hermine, del lat. armenĭus, de Armenia).
1. m. Mamífero del orden de los
Carnívoros, de unos 25 cm de largo, sin contar la cola, que tiene ocho, poco
más o menos, de piel muy suave y delicada, parda en verano y blanquísima en
invierno, exceptuada la punta de la cola, que es siempre negra.
2. m. Piel de este animal.
3. m. Cosa pura o limpia.
4. m. Pinta blanca junto al casco de
las caballerías.
5. m. Heráld.
Figura
convencional, a manera de mota negra y larga, sobre campo de plata, que quiere
representar la punta de la cola de un armiño. En lo de las armas blancas, pensaba limpiarlas
de manera, en teniendo lugar, que lo fuesen más que un armiño;». DQJ, cap. II,
pg.2.
arráez.
(Del ár. hisp. arráyis,
y este del ár. clás. ra'īs 'jefe').
1. m. Caudillo o jefe árabe o morisco.
2. m. Capitán de
embarcación árabe o morisca.
3. m. Jefe de
todas las faenas que se ejecutan en la almadraba. «Hecho esto, el arráez
principal, que era un renegado griego llamado Yzuf, pidió por Leonisa seis mil
escudos, y por mí cuatro mil, añadiendo que no daría el uno sin el otro».
NEJ, Novela del amante liberal, pg. 8.
arras
o arra.
(Del lat. arrhae o arrhăbo,
y estos del gr. ἀρραβών).
1. f. pl. Cosa que se da como prenda o señal en
algún contrato o concierto.
2. f. pl. Conjunto de las trece monedas que, al celebrarse el matrimonio
religioso, sirven como símbolo de entrega, pasando de las manos del desposado a
las de la desposada y viceversa.
3. f. pl. Der. Entrega de
una parte del precio o depósito de una cantidad con la que se garantiza el
cumplimiento de una obligación. «Cien escudos
traigo aquí en oro para daros en arra
y señal de lo que pienso daros, porque no ha de negar la hacienda el que da el
alma». NEJ, Novela de la gitanilla,
pg. 22.
atún.
(Del ár. hisp. attún,
este del ár. clás. tunn, y este del gr. θύννος).
1. m. Pez teleósteo, acantopterigio, común en
los mares de España, frecuentemente de dos a tres metros de largo, negro
azulado por encima y gris plateado por debajo, y con los ojos muy pequeños. Su
carne, tanto fresca como salada, es de gusto agradable.
2. m. coloq. Hombre
ignorante y rudo. «¡Oh pobres atunes míos, que os pasáis este año sin
ser visitados deste tan enamorado y aficionado vuestro!». NEJ, pg. 21.
bajamanero.
(De bajamano).
1. m. germ. Ladrón ratero. «-¡La justicia de Dios y del Rey venga sobre aquel ladrón desuellacaras,
sobre aquel cobarde bajamanero,
sobre aquel pícaro lendroso, que le he quitado más veces de la horca que tiene
pelos en las barbas!». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 22.
baldón.
(Del fr. ant. bandon, y este del franco bann 'mando',
'jurisdicción'; cf. al. Bann).
1. m. Oprobio, injuria o palabra
afrentosa. «Y así, desde encima del
caballo, comenzó a decir tantos denuestos y baldones a los que a Sancho manteaban, que no es posible acertar a
escribillos; mas no por esto cesaban ellos de su risa y de su obra, ni el
volador Sancho dejaba sus quejas, mezcladas ya con amenazas, ya con ruegos;».
DQJ, cap. XVII, pg. 8. (Obs.: En realidad, denuesto
y baldón son sinónimos, y al uso
innecesario de dos voces sinónimas dentro de una oración, se llama datismo, lo
que comete Cervantes aquí en este párrafo).
balumba.
(Del lat. volumĭna
'bultos').
1. f. Bulto que hacen muchas cosas juntas.
2. f. Conjunto
desordenado y excesivo de cosas. «-El
propósito es ―respondió el alférez―
de que toda aquella balumba y
aparato de cadenas, cintillos y brincos podía valer hasta diez o doce escudos».
NEJ, Novela del casamiento engañoso, pg. 8.
barragán.
(Del ár. hisp. bar[ra]kán[i],
este del ár. barkānī 'tipo de paño negro indio', y este del persa pargār
o pargāl).
1. m. Tela de lana, impenetrable al agua.
2. m. Abrigo de esta tela, para
uso de los hombres. «Y los moros
los recibieron en su bajel, en el cual venía un judío, riquísimo mercader, y
toda la mercancía del bajel, o la más, era suya; era de barraganes y
alquiceles y de otras cosas que de Berbería se llevaban a Levante». NEJ,
Novela del amante liberal, pg. 29.
barrunto.
(De
barruntar).
1. m. barrunte (‖ indicio, noticia). «Y así, puede vuesa merced guiarnos donde está ese caballero que dice,
que ya yo tengo barruntos, según lo
que he oído decir, que es muy calificado y generoso, y además hábil en el
oficio». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 10.
basca.
(Quizá del celta *waskā 'opresión'; cf. galés gwâsg y
bretón gwask).
1. f. Ansia, desazón e inquietud que se
experimenta en el estómago cuando se quiere vomitar. U. m. en pl.
2. f. Agitación nerviosa que siente el
animal rabioso.
3. f. coloq. Arrechucho o ímpetu colérico o
muy precipitado, en una acción o asunto. Juan
obrará según le dé la basca.
4. f. coloq. Pandilla, grupo de amigos o de
personas afines. «Es, pues, el caso que
el estómago del pobre Sancho no debía de ser tan delicado como el de su amo, y
así, primero que vomitase, le dieron tantas ansias y bascas, con tantos trasudores y desmayos que él pensó bien y
verdaderamente que era llegada su última hora;». DQJ, cap. XVII, pg. 5. (OBS:
Es otro ejemplo de un datismo, que ya basca
y ansia son palabras sinónimas; v.
nota para baldón).
bayeta.
(De or. inc.; cf. it. baietta, fr. ant. baiette).
1. f. Tela de lana, floja y poco
tupida.
2. f. Paño que sirve para limpiar
superficies frotándolas. «Traía cubierta
una capa de bayeta casi hasta los
pies, en los cuales traía unos zapatos enchancletados, cubríanle las piernas
unos zaragüelles de lienzo, anchos y largos hasta los tobillos;». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13.
belitre.
(Del fr. belitre, y este del germ. *bettler 'mendigo').
1. adj. coloq. Pícaro, ruin y de viles costumbres. U. t. c. s. «¿Y no sabéis vos, gañán, faquín, belitre, que si no fuese por el valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga?». DQJ, cap. XXX, pg. 302.
borceguí.
(De or. inc.).
1. m. Calzado que llegaba hasta más arriba del tobillo, abierto por delante y que se ajustaba por medio de correas o cordones. «Traía unos borceguíes datilados y un alfanje morisco, puesto en un tahelí que le atravesaba el pecho». DQJ, cap. XXXVII, pg. 380.
breña.
(De or. inc.).
1. f. Tierra quebrada entre peñas y
poblada de maleza. «Todo esto miraban de
entre unas breñas Cardenio y el cura,
y no sabían qué hacerse para juntarse con ellos;». DQJ, cap. XXIX, pg. 293.
brida.
(Del fr. bride, y este del a. al. medio brīdel 'rienda').
1. f. Freno del caballo con las riendas
y todo el correaje que sirve para sujetarlo a la cabeza del animal.
2. f. Reborde circular en el extremo de
los tubos metálicos para acoplar unos a otros con tornillos o roblones.
3. f. Equit.
Arte o
modo de andar a caballo, cuyo ornato era distinto del que hoy se usa.
4. f. pl. Med.
Filamentos
membranosos que se forman en los labios de las heridas o en los abscesos. «El lenguaje, no entendido de las señoras, y
el mal talle de nuestro caballero acrecentaba en ellas la risa y en él el
enojo; y pasara muy adelante si a aquel punto no saliera el ventero, hombre
que, por ser muy gordo, era muy pacífico, el cual, viendo aquella figura
contrahecha, armada de armas tan desiguales como eran la brida, lanza, adarga y coselete, no estuvo en nada en acompañar a
las doncellas en las muestras de su contento». DQJ, cap. II, pg. 5.
broquel.
(Del fr. ant. bocler
'bulto en el centro del escudo', y este del lat. buccŭla 'mejilla,
carrillo hinchado').
1. m. Escudo pequeño de madera o corcho.
3. m. defensa (‖ amparo). «Mandóles
Monipodio que se sosegasen, y, entrando en la sala baja y descolgando un broquel, puesto mano a la espada, llegó
a la puerta y con voz hueca y espantosa preguntó:». NEJ, Novela de
Rinconete y Cortadillo, pg. 22.
caco.
(Del lat. Cacus,
Caco, ladrón mitológico).
1. m. Ladrón que roba con destreza.
2. m. coloq. Hombre muy
tímido, cobarde y de poca resolución. «Una,
pues, desta nación, gitana vieja, que podía ser jubilada en la ciencia de Caco, crió una muchacha en nombre de
nieta suya, a quien puso nombre Preciosa, y a quien enseñó todas sus gitanerías
y modos de embelecos y trazas de hurtar». NEJ, Novela de la gitanilla, pg.
1.
capelo.
(Del it. cappello).
1. m. Sombrero rojo, insignia de los cardenales.
«-No creo que me engañaré en nada, señor
caballero, si os llamo don Juan de Gamboa, que vuestra gallarda disposición y
el adorno dese capelo me lo están
diciendo». NEJ, Novela de la señora Cornelia, pg. 22.
carnestolendas.
(Del lat. caro, carnis, carne, y tollendus, de tollĕre,
quitar, retirar).
caterva.
(Del lat. caterva).
1. f. Multitud de personas o cosas
consideradas en grupo, pero sin concierto, o de poco valor e importancia. U. t. en sent. peyor. «Yo soy, digo otra vez, quien ha de resucitar los de la Tabla Redonda, los
Doce de Francia y los Nueve de la Fama, y el que ha de poner en olvido los
Platires, los Tablantes, Olivantes y Tirantes, los Febos y Belianises, con toda
la caterva de los famosos caballeros
andantes del pasado tiempo, haciendo en este en que me hallo tales grandezas, estrañezas
y fechos de armas, que escurezcan las más claras que ellos ficieron». DQJ,
cap. XX, pg. 2.
celada.
(Del lat. [cassis] caelāta, [yelmo] cincelado).
1. f. Pieza de la armadura que servía
para cubrir y defender la cabeza.
2. f. Parte de la llave de la ballesta
que se arrima a la quijera.
3. f. Soldado de a caballo que usaba celada. «Mas a esto
suplió su industria, porque de cartones hizo un modo de media celada, que,
encajada con el morrión, hacían una apariencia de celada entera.». DQJ,
cap. I, pg. 3.
cica.
(De or. inc.; cf. port. ant. aciqua).
1. f. germ. bolsa (‖ para el dinero). «-¡Nadie se burle con quebrantar la más mínima cosa de nuestra orden,
que le costará la vida! Manifiéstese la cica;
y si se encubre por no pagar los derechos, yo le daré enteramente lo que le
toca y pondré lo demás de mi casa; porque en todas maneras ha de ir contento el
alguacil.». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 18.
chapitel.
(Del fr. ant. chapitel).
1. m. Remate de las torres que se levanta
en forma piramidal.
3. m. Cono hueco de ágata u otra
sustancia dura, que, encajado en el centro de la aguja imanada, sirve para que
esta se apoye y gire sobre el extremo del estilete.
cimitarra.
(Quizá del ár. ṣimaṣām[ah] ṭāri'a, espada gitana).
colegir.
(Quizá del ár. ṣimaṣām[ah] ṭāri'a, espada gitana).
1. f. Especie de sable usado por turcos
y persas. «―¡Tente, ladrón, malandrín, follón, que aquí te tengo, y no te ha de
valer tu cimitarra!». DQJ, cap. XXXV, pg. 358.
colegir.
(Del lat. colligĕre).
2. tr. inferir (‖ sacar consecuencia de otra cosa). «Y
sin duda tenemos creído que ella va forzada dondequiera que va, y, según se
puede colegir por su hábito, ella es
monja, o va a serlo, que es lo más cierto, y quizá porque no le debe de nacer
de voluntad el monjío, va triste, como parece». DQJ cap. XXXVI, pg. 2.
corchete.
(Del fr. crochet,
ganchillo).
1. m. desus. Ministro
inferior de justicia encargado de prender a los delincuentes. «-Así va el mundo, y no hay para qué te
pongas ahora a esagerar los vaivenes de fortuna, como si hubiera mucha
diferencia de ser mozo de un jifero a serlo de un corchete». NEJ, Novela del coloquio de los perros, pg. 22.
corma.
(Del ár. hisp. qúrma,
este del ár. qurmah, y este del gr. κόρμος, pieza de madera).
1. f. Especie de prisión compuesta de dos
pedazos de madera, que se adaptan al pie del hombre o del animal para impedir
que ande libremente.
2. f. desus. Molestia o
gravamen que estorba para obrar con libertad. «Bien es verdad que lo enmendaban los zapatos, porque los del uno eran
alpargates, tan traídos como llevados, y los del otro picados y sin suelas, de manera
que más le servían de cormas que de
zapatos.». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 1.
corregidor.
1. m. Magistrado que en su territorio ejercía la
jurisdicción real con mero y mixto imperio, y conocía de las causas
contenciosas y gubernativas, y del castigo de los delitos.
2. m. Alcalde que
libremente nombraba el rey en algunas poblaciones importantes para presidir el
ayuntamiento y ejercer varias funciones gubernativas. «¡Cuántos pobretes están mascando barro no más de por la cólera de un
juez absoluto, de un corregidor, o
mal informado o bien apasionado!». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg.
6.
coselete.
(Del fr. corselet).
1. m. Coraza ligera, generalmente de
cuero, que usaban ciertos soldados de infantería.
2. m. Soldado que llevaba coselete, y,
como arma ofensiva, pica o alabarda, y formaba parte de las compañías de
arcabuceros.
3. m. Zool.
Tórax de
los insectos cuando las tres piezas o segmentos que lo componen están
fuertemente unidas entre sí, como en las mariposas. «Y pasara muy adelante si a aquel punto no saliera el ventero, hombre
que, por ser muy gordo, era muy pacífico, el cual, viendo aquella figura
contrahecha, armada de armas tan desiguales como eran la brida, lanza, adarga y
coselete, no estuvo en nada en
acompañar a las doncellas en las muestras de su contento». DQJ, cap. II,
pg. 5.
(De or. inc.).
1. f. Tubérculo de la raíz de la aguaturma, de unos tres centímetros de largo y que se come cocido.
2. f. Golosina, gollería.
3. f. Palomita de maíz.
4. f. chufa (‖ tubérculo).
pedir ~s en el golfo.
1. loc. verb. coloq. Pedir cosas imposibles. «Así, noramala alcanzaré yo el condado que espero, si vuestra merced se
anda a pedir cotufas en el golfo».
DQJ, cap. XXX, pg. 302.
enconar.
(Del lat. inquināre, manchar, contaminar).
1. tr. Inflamar, empeorar una llaga o
parte lastimada del cuerpo. U.
m. c. prnl.
2. tr. Irritar, exasperar el ánimo
contra alguien. U. t. c.
prnl.
3. tr. Cargar la conciencia con alguna
mala acción. U. m. c. prnl.
5. prnl. Obtener interés o lucro indebido
en el caudal, hacienda o negocio que se maneja. « ¿Quién pudiera imaginar que don
Fernando, caballero ilustre, discreto, obligado de mis servicios, poderoso para
alcanzar lo que el deseo amoroso le pidiese dondequiera que le ocupase, se
había de enconar, como suele decirse, en tomarme a mí una sola oveja, que aún
no poseía?». DQJ,
cap. XXVII, pg. 9.
endriago.
(Quizá del cruce de hidria, hidra, y drago, dragón).
1. m. Monstruo fabuloso, con facciones
humanas y miembros de varias fieras.
(Del lat. exsuctus, part. de exsugĕre, chupar).
1. adj. Delgado, seco o de pocas carnes.
2. adj. ant. Parco y escaso, tanto en obras
como en palabras.
3. m. pl. Entre pastores y labradores
especialmente, tascos y palos secos, pequeños y delgados como sarmientos, que
sirven de yesca para encender lumbre.
4. m. pl. Bollitos u otros bocados ligeros
que excitan la gana de beber.
5. f. Arq.
Triángulo
o espacio que deja en un cuadrado el círculo inscrito en él.
7. f. Arq. Triángulo
curvilíneo de los varios que forman el anillo de la cúpula. «Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los
cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza». DQJ,
cap. I, pg. 1.
escarcela.
(Del it. scarsella,
bolsa).
1. f. Mochila del cazador, a manera de red.
2. f. Adorno
femenino, especie de cofia.
3. f. Especie de
bolsa que pendía de la cintura.
4. f. Parte de la
armadura que caía desde la cintura y cubría el muslo. «-Mirad, niñas, si tenéis acaso algún cuarto para comprar las candelicas
de mi devoción, porque, con la priesa y gana que tenía de venir a traer las
nuevas de la canasta, se me olvidó en casa la escarcela». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 21.
facinoroso, sa.
(Del lat. facinorōsus).
1. adj. desus. facineroso. Era u. t. c. s. «¡Oh Mario ambicioso,
oh Catilina cruel, oh Sila facinoroso, oh Galalón embustero, oh Vellido
traidor, oh Julián vengativo, oh Judas codicioso! Traidor, cruel, vengativo y
embustero, ¿qué deservicios te había hecho este triste, que con tanta llaneza te
descubrió los secretos y contentos de su corazón?». DQJ, cap. XXVII,
pg. 7.
faldellín.
(Del dim. de falda).
1. m. Falda corta.
2. m. Falda corta y con vuelo que usan
las campesinas sobre las enaguas.
faldriquera
o faltriquera.
(Del mozár. *ḥaṭrikáyra,
lugar para bagatelas).
1. f. Bolsillo de las prendas de vestir.
2. f. Bolsillo que
se atan las mujeres a la cintura y llevan colgando debajo del vestido o
delantal.
3. f. Cubillo,
palco de los teatros antiguos. «Dejé mi
pueblo, vine a Toledo a ejercitar mi oficio, y en él he hecho maravillas;
porque no pende relicario de toca ni hay faldriquera
tan escondida que mis dedos no visiten ni mis tiseras no corten, aunque le
estén guardando con ojos de Argos». Novela de Rinconete y Cortadillo, pg.
4.
faquín.
(Del fr. faquin).
1. m. Ganapán, esportillero, mozo de
cuerda. «¿Y no sabéis vos, gañán, faquín, belitre, que si no fuese por el
valor que ella infunde en mi brazo, que no le tendría yo para matar una pulga?».
DQJ, cap. XXX, pg. 302.
ferreruelo o herreruelo.
(Del ár. dialect. feriyûl,
especie de capa o blusa, y este del lat. palliolum, manto pequeño, dim.
de pallium, manto, toga).
1. m. Capa corta con cuello y sin capilla. «Yo, señoras mías (que siempre os he de dar
este nombre, si el cielo mi pretensión favorece), soy caballero, como lo puede
mostrar este hábito -y, apartando el herreruelo,
descubrió en el pecho uno de los más calificados que hay en España-;». NEJ, Novela de la
gitanilla, pg. 21.
fustán.
(De or. inc.).
1. m. Tela gruesa de algodón, con pelo
por una de sus caras. «Pensando, pues, en
estos disparates, se llegó el tiempo y la hora ―que para él fue menguada― de la venida de la
asturiana, la cual, en camisa y descalza, cogidos los cabellos en una albanega
de fustán, con tácitos y atentados
pasos, entró en el aposento donde los tres alojaban en busca del arriero». DQJ. Cap. XVI, pg. 5.
gabacho.
(Del prov. gavach,
que habla mal).
2. m. despect. coloq. Lenguaje español plagado de galicismos. «Por un doblón de dos caras se nos muestra
alegre la triste del procurador y de todos los ministros de la muerte, que son
arpías de nosotras, las pobres gitanas, y más precian pelarnos y desollarnos a
nosotras que a un salteador de caminos; jamás, por más rotas y desastradas que
nos vean, nos tienen por pobres; que dicen que somos como los jubones de los gabachos de Belmonte: rotos y
grasientos, y llenos de doblones». NEJ, Novela de la gitanilla, pg.25.
galima.
(Del ár. hisp. ḡaníma,
y este del ár. clás. ḡanīmah).
1. f. desus. Hurto frecuente y pequeño. «Y él les guió donde lo vendían, y
ellos, del dinero de la galima del
francés, lo compraron todo, y dentro de dos horas pudieran estar graduados en
el nuevo oficio, según les ensayaban las esportillas y asentaban los costales».
NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 6.
garrama.
(Cf. garama).
1. f. Cierta contribución que pagan los
musulmanes a sus príncipes. «Sucedió,
pues, que la mañana de un día que volvían a Madrid a coger la garrama con las demás gitanillas, en un
valle pequeño que está obra de quinientos pasos antes que se llegue a la villa,
vieron un mancebo gallardo y ricamente aderezado de camino». Novela de la
Gitanilla, pg. 21.
gaudeamus.
(Del lat. gaudeāmus,
alegrémonos).
1. m. coloq. Fiesta, regocijo, comida y bebida abundantes. «Fue contenta la Juliana de obedecer a su mayor; y así, todos volvieron
a su gaudeamus, y en poco espacio
vieron el fondo de la canasta y las heces del cuero». NEJ, Novela de
Rinconete y Cortadillo, pg. 25.
gazapatón.
(Del grecolat. cacemphăton,
dicho malsonante).
1. m. Expresión malsonante en que se incurre por
inadvertencia o por mala pronunciación.
2. m. coloq. Disparate o
yerro en el hablar.
gola.
(Del lat. gula, garganta).
1. f. Garganta de una persona y región
situada junto al velo del paladar.
2. f. Pieza de la armadura antigua que
defendía la garganta.
3. f. Insignia de los oficiales
militares, que consiste en una media luna convexa de metal, pendiente del
cuello.
4. f. Adorno del cuello hecho de lienzo
plegado y alechugado, o de tul y encajes.
5. f. Arq.
Moldura
cuyo perfil tiene la forma de una s, esto es, una concavidad en la parte
superior, y una convexidad en la inferior.
6. f. Geogr.
Canal por
donde entran los buques en ciertos puertos o rías.
7. f. Mil.
Entrada
desde la plaza al baluarte, o distancia de los ángulos de los flancos.
8. f. Mil. Línea
recta, imaginaria cuando no tiene parapeto, que une los extremos de dos flancos
en una obra defensiva.
guedeja.
(Cf. vedeja).
1. f. Cabellera larga.
3. f. Melena del león.
gurullada.
(Var. de garullada).
1. f. coloq. p. us. Cuadrilla de gente.
2. f. germ. Tropa de
corchetes y alguaciles. «-El alguacil de
los vagabundos viene encaminado a esta casa, pero no trae consigo gurullada». NEJ, Novela de
Rinconete y Cortadillo, pg. 17.
hender.
(Del lat. findĕre).
1. tr. Abrir o rajar un cuerpo sólido
sin dividirlo del todo. U.
t. c. prnl.
2. tr. Atravesar o cortar un fluido. La flecha hiende el aire. El buque hiende el agua.
3. tr. Abrirse paso rompiendo por entre
una muchedumbre de gente o de otra cosa.
jácaro.
(De jaque2).
1. adj. Perteneciente o relativo al guapo
y baladrón.
2. m. Hombre guapo y baladrón. «Sábete, amigo, que tiene un Bercebú en el
cuerpo este conde de Puñonrostro, que nos mete los dedos de su puño en el alma.
Barrida está Sevilla y diez leguas a la redonda de jácaros;». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 6.
jubón.
(Del aum. de juba).
1. m. Vestidura que cubría desde los hombros
hasta la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo.
2. m. coloq. jubón de azotes. «Un jubón de lo mismo
con trencillas de oro, y una montera de raso de la misma color, con cuello almidonado
con grandes puntas y encaje; que de todo vino proveído en las alforjas,
imaginando que se había de ver en ocasión que le conviniese mudar de traje». NEJ,
Novela del celoso estremeño, pg. 16.
leva.
(De levar).
1. f. trampa (‖ ardid). «-¡No
hay levas conmigo! -replicó
Monipodio-. ¡La bolsa ha de parecer, porque la pide el alguacil, que es amigo y
nos hace mil placeres al año!». NEJ, Novela Rinconete y Cortadillo, pg. 18.
majada.
(Quizá del lat. *maculāta, de macŭla, malla, red).
1. f. Lugar donde se recoge de noche el
ganado y se albergan los pastores.
2. f. Estiércol de los animales.
3. f. Excremento humano.
4. f. ant. Mesón, posada, albergue. «y que, mirando a todas partes por ver si
descubriría algún castillo o alguna majada
de pastores donde recogerse y adonde pudiese remediar su mucha hambre y
necesidad, vio, no lejos del camino por donde iba, una venta, que fue como si
viera una estrella que, no a los portales, sino a los alcázares de su redención
le encaminaba». DQJ, cap. II, pg. 3.
manda.
(De mandar).
1. f. Oferta que una persona hace a
otra de darle algo.
2. f. Legado de un testamento.
3. f. ant. Testamento de última voluntad. «Sólo confirmo la manda de mi hacienda hecha a Leonisa, sin querer otra recompensa
sino que tenga por verdaderos mis honestos pensamientos, y que crea dellos que
nunca se encaminaron ni miraron a otro punto que el que pide su incomparable honestidad,
su grande valor e infinita hermosura». NEJ, Novela de pg. 41.
modorro.
(De or. inc.).
1. adj.
Inadvertido,
ignorante, que no distingue las cosas. U. t. c. s. «Otro, más humano, más basto y más modorro, viéndola andar tan ligera en
el baile, le dijo:». NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 3.
mogote.
(Voz prerromana, quizá del
vasco *mokoti, puntiagudo, der. de moko, punta).
1. m. Cualquier elevación del terreno que
recuerde la forma de un monte.
2. m. Montón de piedras.
3. m. Montículo
aislado, de forma cónica y rematado en punta roma.
4. m. Hacina de
forma piramidal.
5. m. Cada una de
las dos cuernas de los gamos y venados, desde que les comienzan a nacer hasta
que tienen aproximadamente un palmo de largo.
morrión.
(De morra).
1. m. Armadura de la parte superior de
la cabeza, hecha en forma de casco, y que en lo alto suele tener un plumaje o
adorno.
2. m. Prenda del uniforme militar, a
manera de sombrero de copa sin alas y con visera, que se ha usado para cubrir
la cabeza.
3. m. Cineg.
Especie
de vahído o vértigo que padecen las aves de altanería. «Limpiólas y aderezólas lo mejor que pudo, pero vio que tenían una gran
falta, y era que no tenían celada de encaje, sino morrión simple;». DQJ,
cap. I, pg. 3.
orín.
(Del lat. aerūgo, -ĭnis, roya de cereales, cruzado con aurīgo).
1. m. Óxido rojizo que se forma en la
superficie del hierro por la acción del aire húmedo. «lo primero que hizo fue limpiar unas armas que habían sido de sus
bisabuelos, que, tomadas de orín y
llenas de moho, luengos siglos había que estaban puestas y olvidadas en un
rincón». DQJ, cap. I, pg. 3.
palafrén.
(Del cat. palafré, y este del celtolat. paraverēdus, caballo de posta).
1. m. Caballo manso en que solían montar las damas, y muchas veces los reyes y príncipes para hacer sus entradas.
2. m. Caballo en que va montado el criado de un jinete. «No estaba tan maltrecho Sancho que no oyese todo cuanto su amo le decía, y, levantándose con un poco de presteza, se fue a poner detrás del palafrén de Dorotea, y desde allí dijo a su amo:». DQJ, cap. XXX, pg. 303.
palomino.
(Del cat. palafré, y este del celtolat. paraverēdus, caballo de posta).
1. m. Caballo manso en que solían montar las damas, y muchas veces los reyes y príncipes para hacer sus entradas.
2. m. Caballo en que va montado el criado de un jinete. «No estaba tan maltrecho Sancho que no oyese todo cuanto su amo le decía, y, levantándose con un poco de presteza, se fue a poner detrás del palafrén de Dorotea, y desde allí dijo a su amo:». DQJ, cap. XXX, pg. 303.
1. m. Pollo de la paloma brava.
2. m. coloq. Mancha de excremento en la ropa
interior. «Una olla de algo más vaca que
carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los
viernes, algún palomino de añadidura
los domingos, consumían las tres partes de su hacienda». DQJ, cap. I, pg.
1.
parar.
(De parar,
arriesgar en el juego).
1. m. Juego de cartas en que se saca una para los puntos y otra
para el banquero, y de ellas gana la primera que hace pareja con las que van
saliendo de la baraja. 2. m. presa y pinta. «Fuera desto, aprendí de un cocinero
de un cierto embajador ciertas tretas de quínolas y del parar, a quien también llaman el andaboba;». NEJ, Novela de Rinconete y
Cortadillo, pg. 3.
patraña.
(De pastraña, y este del
lat. *pastoranĕa).
1. f. Mentira o noticia fabulosa, de
pura invención.
paulina.
(De Paulo III, papa
de 1534 a 1549, que restableció en Italia la Inquisición).
1. f. Carta o despacho de excomunión que se
expide en los tribunales pontificios para el descubrimiento de algo que se
sospecha haber sido robado u ocultado maliciosamente.
2. f. coloq. p. us. Reprensión
áspera y fuerte.
3. f. coloq. p. us. Carta
ofensiva anónima. «-Cuanto más, que
cartas de descomunión hay, paulinas,
y buena diligencia, que es madre de la buena ventura; aunque, a la verdad, no
quisiera yo ser el llevador de tal bolsa; porque, si es que vuesa merced tiene
alguna orden sacra, parecerme hía a mí que había cometido algún grande incesto,
o sacrilegio». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 8.
pecunia.
(Del lat. pecunĭa).
1. f. coloq. Moneda o dinero. «Y desto hemos de hacer luego la experiencia los dos: armemos la red, y
veamos si cae algún pájaro destos arrieros que aquí hay; quiero decir que jugaremos
los dos a la veintiuna, como si fuese de veras; que si alguno quisiere ser
tercero, él será el primero que deje la pecunia».
NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.
pelaza.
(De pelo).
1. f. p. us. Pendencia, riña, disputa. «Con esta sospecha se levantó, y,
encendiendo un candil, se fue hacia donde había sentido la pelaza». DQJ, cap. XVI, pg. 153.
peña.
(Del lat. pinna, pluma, ala, almena, etc.).
1. f. Piedra grande sin labrar, según
la produce la naturaleza.
2. f. Monte o cerro peñascoso.
3. f. Corro o grupo de amigos o
camaradas.
4. f. Círculo de recreo.
5. f. Grupo de personas que participan
conjuntamente en fiestas populares o en actividades diversas, como apostar,
jugar a la lotería, cultivar una afición, fomentar la admiración a un personaje
o equipo deportivo, etc.
6. f. ant. Piel para forro o guarnición.
peraile.
1. m. desus. Cardador de paños, pelaire. «Quiso la mala suerte del desdichado Sancho que,
entre la gente que estaba en la venta, se hallasen cuatro perailes de Segovia, tres agujeros del Potro de Córdoba y dos
vecinos de la Heria de Sevilla, gente alegre, bien intencionada, maleante y
juguetona». DQJ, cap. XVII, pg. 8.
pertrechos.
(De or. inc.).
1. m. pl. Municiones, armas y demás
instrumentos, máquinas, etc., necesarios para el uso de los soldados y defensa
de las fortificaciones o de los buques de guerra. U. t. en sing.
2. m. pl. Instrumentos necesarios para
cualquier operación. «Mas, en efeto,
temiendo la máquina de tantos pertrechos,
determinó de hablarle comedidamente, y así, le dijo:». DQJ, cap. II, pg. 5.
poltrón, na.
(Del it. poltrone).
1. adj. Flojo, perezoso, haragán, enemigo
del trabajo.
2. f. silla poltrona. «Hállase
allí el ejercicio que la salud acomoda, sacudiendo de los miembros a la pereza poltrona». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg.39.
presea.
(Del lat. praesidĭa,
pl. n. de praesidĭum, defensa).
1. f. Alhaja, joya, tela, etc.,
preciosas. «Y también enterraron con ella
sus alhajas, como fueron silla y freno y cinchas, a uso de los indios, que
sepultan con ellos sus más ricas preseas».
NEJ, Novela de la gitanilla, pg. 39.
pulla.
(Del port. pulha).
1. f. Palabra o dicho obsceno.
3. f. Expresión
aguda y picante dicha con prontitud. «Allí
está la suciedad limpia, la gordura rolliza, el hambre prompta, la hartura
abundante, sin disfraz el vicio, el juego siempre, las pendencias por momentos,
las muertes por puntos, las pullas a
cada paso, los bailes como en bodas, las seguidillas como en estampa, los
romances con estribos, la poesía sin acciones». NEJ, Novela de la ilustre
fregona, pg. 2.
quínola.
1. f. Lance principal del juego de las quínolas,
que consiste en reunir cuatro cartas de un palo, ganando, cuando hay más de un
jugador que tenga quínola, aquel que suma más puntos, atendiendo al valor de las cartas.
2. f. coloq. Rareza,
extravagancia.
3. f. pl. Juego de naipes cuyo lance principal es la quínola. «Finalmente, uno dellos, que parecía de más
razón y discurso, los concertó en que se echase la cola contra un cuarto del asno
a una quínola o a dos y pasante». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 39.
rastrojo.
(De restojo).
1. m. Residuo de las cañas de la mies,
que queda en la tierra después de segar.
2. m. El campo después de segada la
mies y antes de recibir nueva labor.
rentoy.
1. m. Juego de naipes entre dos, cuatro, seis u
ocho personas, a cada una de las cuales se dan tres cartas. Se vuelve otra para
muestra del triunfo y el dos o malilla del palo correspondiente gana a todas
las demás, cuyo orden es: rey, caballo, sota, siete, seis, cinco, cuatro y
tres. Se roba y hacen bazas como en el tresillo, se envida y se permiten señas
entre los compañeros.
2. m. Muestra del
triunfo en el juego del rentoy.
3. m. coloq. Pulla o
indirecta. Echar, tirar un
rentoy.
4. m. coloq. Jactancia o
desplante. «En tres años que tardó en
parecer y volver a su casa, aprendió a jugar a la taba en Madrid, y al rentoy en las Ventillas de Toledo, y a presa
y pinta en pie en las barbacanas de Sevilla;». NEJ, Novela de la ilustre
fregona, pg. 1.
retama.
(Del ár. hisp. ratáma, y este del ár. clás. ratamah).
1. f. Mata de la familia de las
Papilionáceas, de dos a cuatro metros de altura, con muchas verdascas o ramas
delgadas, largas, flexibles, de color verde ceniciento y algo angulosas, hojas
muy escasas, pequeñas, lanceoladas, flores amarillas en racimos laterales y
fruto de vaina globosa con una sola semilla negruzca. Es común en España y
apreciada para combustible de los hornos de pan.
sabeo, a.
(Del lat. Sabaeus, este del gr. Σαβαῖος, y este del ár. dialect. sb'y[n]).
1. adj. Natural de Saba. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a esta región de la Arabia antigua. «Pero no me negarás, Sancho, una cosa: cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática, y un no sé qué de bueno, que yo no acierto a dalle nombre?». DQJ, cap. XXXI, pg. 307.
sacre.
(De or. inc.).
2. m. Pieza de
artillería, que era el cuarto de culebrina y tiraba balas de cuatro a seis
libras.
3. m. Hombre que
roba o hurta. «-Ese Judío también -dijo
Monipodio- es gran sacre y tiene
gran conocimiento. Días ha que no le he visto, y no lo hace bien.». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 36.
sambenito.
1. m. Capotillo o escapulario que se ponía a los
penitentes reconciliados por el Tribunal eclesiástico de la Inquisición.
2. m. Letrero que
se ponía en las iglesias con el nombre y castigo de los penitenciados, y las
señales de su castigo.
3. m. Descrédito que queda de una acción.
4. m. difamación. «A lo menos, más querría yo
clavar cien cuernos y otros tantos sambenitos, como se me pagase mi
trabajo, que decillo sola una vez, aunque fuese a la madre que me parió». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 34.
sayal.
(De sayo).
1. m. Tela muy basta labrada de lana
burda.
2. m. Prenda de vestir hecha con este
tejido. «Y quiero hacer saber a vuesa merced
que debajo del sayal hay ál, y que
debajo de mala capa suele estar un buen bebedor». NEJ, pg. 22.
sirte.
(Del gr. σύρτις, de σύρειν, barrer, arrastrar en pos de sí).
1. f. Bajo de arena. «El cual alcanzado, a muchos hemos visto
que, habiendo pasado por estas Sirtes y por estas Scilas y Caribdis, como llevados
en vuelo de la favorable fortuna, digo que los hemos visto mandar y gobernar el
mundo desde una silla, trocada su hambre en hartura, su frío en refrigerio, su
desnudez en galas, y su dormir en una estera en reposar en holandas y damascos:
premio justamente merecido de su virtud». DQJ, cap. XXXVII, pg. 385.
superchería.
(Del it. superchieria).
1. f. Engaño, dolo, fraude.
2. f. desus. Injuria o
violencia hecha con abuso manifiesto o alevoso de fuerza. «Y no piensen que por ser tantos los que aquí están me han de hacer superchería, porque soy yo un hombre
que me sabré llegar a otro hombre y meterle dos palmos de daga por las tripas
sin que sepa de quién, por dónde o cómo le vino;». NEJ, Novela de la
ilustre fregona, pg. 39.
taba.
(Del ár. hisp. ká‘ba,
y este del ár. clás. ka‘bah).
3. f. Juego en que se tira al
aire una taba de carnero, u otro objeto similar, y se
gana o se pierde según la posición en que caiga aquella. «En tres años que tardó en parecer y volver a su casa, aprendió a jugar
a la taba en Madrid, y al rentoy en
las Ventillas de Toledo, y a presa y pinta en pie en las barbacanas de
Sevilla;». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg. 1.
tafetán.
(Del cat. o it. taffeta, y estos del persa tāfte, tejido).
1. m. Tela delgada de seda, muy tupida.
3. m. pl. p. us.
Galas de
mujer.
tahalí.
(Del ár. hisp. tahlíl,
y este del ár. clás. tahlīl, exclamación de la profesión de fe islámica,
que dio nombre a la caja en que se llevaba escrito y, posteriormente, a su
sujeción).
1. m. Tira de cuero, ante, lienzo u otra
materia, que cruza desde el hombro derecho por el lado izquierdo hasta la
cintura, donde se juntan los dos cabos y se pone la espada.
2. m. Pieza de
cuero que, pendiente del cinturón, sostiene el machete o el cuchillo bayoneta.
3. m. Caja de
cuero pequeña en que los soldados solían llevar reliquias y oraciones. «Atravesábale un tahalí por espalda y pechos a do colgaba una espada ancha y corta,
a modo de las del perrillo». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 13.
tanda.
(Quizá del ár. hisp. *ḍámda,
y este del ár. clás. ḍamdah, acción de vendar o golpear la cabeza una
vez).
1. f. Alternativa o turno.
3. f. Capa con que
se cubre o baña algo.
4. f. Cada uno de
los grupos en que se dividen las personas o las bestias empleadas en una
operación o trabajo.
5. f. Partida de
juego, especialmente de billar.
6. f. Número
indeterminado de ciertas cosas de un mismo género. Tanda de azotes, de rigodones. «Tuve paciencia, encogí los hombros,
sufrí la tanda y mosqueo, y salí a
cumplir mi destierro, con tanta priesa, que no tuve lugar de buscar
cabalgaduras». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.
tártago.
(Del lat. tartărus).
1. m. Planta herbácea anual de la familia de las
Euforbiáceas, que crece hasta un metro de altura, con tallo corto, sencillo y
garzo, hojas lanceoladas, opuestas, en cruz, enteras y obtusas, flores
unisexuales sin corola, y fruto seco, capsular, redondeado, con semillas
arrugadas, del tamaño de cañamones. Tiene virtud purgante y emética muy fuerte,
y es común en España.
2. m. Disgusto que
sobreviene por algún grave suceso, como la pérdida del caudal o de la salud.
3. m. coloq. Chasco
pesado. «Quedáronse con el soneto, porque
no quiso pedirle Preciosa, por no dar otro tártago
a Andrés; que ya sabía ella, sin ser enseñada, lo que era dar sustos y martelos,
y sobresaltos celosos a los rendidos amantes». NEJ, Novela de la gitanilla,
pg. 33.
tinelo.
(Del it. tinello).
1. m. Comedor de la servidumbre en las casas de los grandes. «Llegada, pues, la hora, sentáronse todos a una larga mesa, como de tinelo, porque no la había redonda ni cuadrada en la venta, y dieron la cabecera y principal asiento, puesto que él lo rehusaba, a don Quijote, el cual quiso que estuviese a su lado la señora Micomicona, pues él era su aguardador». DQJ, cap. XXXVII, pg. 383.
toquilla.
(Del it. tinello).
1. m. Comedor de la servidumbre en las casas de los grandes. «Llegada, pues, la hora, sentáronse todos a una larga mesa, como de tinelo, porque no la había redonda ni cuadrada en la venta, y dieron la cabecera y principal asiento, puesto que él lo rehusaba, a don Quijote, el cual quiso que estuviese a su lado la señora Micomicona, pues él era su aguardador». DQJ, cap. XXXVII, pg. 383.
toquilla.
(Del dim. de toca).
1. f. Pañuelo pequeño, comúnmente triangular,
que se ponen algunas mujeres en la cabeza o al cuello.
2. f. Pañuelo de
punto, generalmente de lana, que usan para abrigo las mujeres y los niños.
3. f. Adorno de
gasa, cinta, etc., que se ponía
alrededor de la copa del sombrero. «Otro día,
bien de mañana, ya estaba Lorenzo a la puerta, y don Juan de camino con el
sombrero del cintillo, a quien adornó de plumas negras y amarillas, y cubrió el
cintillo con una toquilla negra».
NEJ, Novela de la señora Cornelia, pg. 20.
torniscón.
2. m. coloq. Pellizco retorcido.
trueco.
(De trocar).
1. loc. adv. con tal de que. «-Pecadora de mí -dijo Cornelia-, ¿cómo todo
podía ser? ¿Cómo es esto, ama mía?; que el corazón me revienta en el pecho
hasta saber este trueco». NEJ, Novela de señora Cornelia, pg. 14: «Que, a trueco de no perder la del
alma, daré por bien empleado perder la del cuerpo». NEJ, Novela del amante liberal, pg. 2.
tuáutem.
(Del lat. Tu autem,
[Domine, miserēre nobis], pero Tú, [Señor, ten piedad de nosotros],
palabras con que terminan las lecciones del Breviario).
1. m. coloq. p. us. Persona que se tiene por principal y
necesaria para algo.
2. m. coloq. p. us. Cosa que se considera
precisa e importante para algún fin. «-No
se lea la casa, que ya yo sé dónde es -respondió Monipodio-, y yo soy el tuáutem y esecutor desa niñería, y
están dados a buena cuenta cuatro escudos, y el principal es ocho». NEJ,
Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 34.
tundir.
(Del lat. tondēre, trasquilar, rapar, cortar).
1. tr. Cortar o igualar con tijera el pelo de los paños. ««El duro, estrecho, apocado y fementido
lecho de don Quijote estaba primero en mitad de aquel estrellado establo, y
luego, junto a él, hizo». el suyo Sancho, que sólo contenía una estera de enea
y una manta, que antes mostraba ser de anjeo tundido que de lana». DQJ, cap. XVI, pg. 150.
valón.
(Der. del al. Felche,
y este del a. al. ant. walah, nombre con que los germanos llamaban a sus
vecinos romanizados).
1. f. Cuello grande y vuelto sobre la espalda, hombros y pecho, que se usó
especialmente en los siglos XVI y XVII. «El otro venía escueto y sin alforjas,
puesto que en el seno se le parecía un gran bulto, que, a lo que después
pareció, era un cuello de los que llaman valones,
almidonado con grasa, y tan deshilado de roto, que todo parecía hilachas».
NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 1.
veintiuna.
1. f. Juego de naipes, o de
dados, en que gana quien hace 21 o se acerca más a ellos sin pasar. «Quiero decir que jugaremos los dos a la veintiuna, como si fuese de veras; que
si alguno quisiere ser tercero, él será el primero que deje la pecunia».
NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 3.
velarte.
1. m. Paño enfurtido y lustroso, de
color negro, que servía para capas, sayos y otras prendas exteriores de abrigo.
«El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las
fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba
con su vellorí de lo más fino». DQJ, cap. I, pg. 1.
vellorí.
(Del lat. vellus, -ĕris).
1. m. Paño entrefino, de color pardo
ceniciento o de lana sin teñir. «El resto
della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos
de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino». DQJ, cap. I, pg. 1.
ventiscar.
1. intr. impers. Nevar con viento fuerte.
2. intr. impers. Levantarse la nieve por la violencia del viento. «Y más, que antes que sea mediodía tengo de ir a cumplir mis devociones
y poner mis candelicas a Nuestra Señora de las Aguas y al Santo Crucifijo de Santo
Agustín, que no lo dejaría de hacer si nevase y ventiscase». NEJ, Novela de Rinconete y Cortadillo, pg. 20.
voacé.
(De vosa merced).
1. com. desus. usted. «-Voacé se detenga y
cumpla su palabra, pues nosotros hemos cumplido la nuestra con mucha honra y
con mucha ventaja: veinte ducados faltan, y no ha de salir de aquí voacé
sin darlos, o prendas que lo valgan». NEJ, Novela de Rinconete y
Cortadillo, pg. 31.
vira.
(De or. inc., quizá del
fr. vire, y este del lat. vulg. *veria, var. del lat. verua,
pl. de veru, dardo).
1. f. Especie de saeta delgada y de punta muy
aguda.
2. f. Tira de
tela, badana o vaqueta que, para dar fuerza al calzado, se cose entre la suela
y la pala.
3. f. Mur. Franja con
que las mujeres adornan los vestidos. «-No,
a fe de caballeros -respondió uno-; bien puedes entrar, niña, segura, que nadie
te tocará a la vira de tu zapato;
no, por el hábito que traigo en el pecho». NEJ, Novela de la gitanilla, pg.
12.
zahón.
(De zagón, aum. del ár. hisp. sáq, y este del ár. clás. sāq,
pierna).
1. m. Especie de mandil,
principalmente de cuero, atado a la cintura, con perneras abiertas por detrás
que se atan a la pierna, usado por cazadores, vaqueros y gente de campo para
resguardar el traje. U. m.
en pl. «Vistiéronse a lo payo, con capotillos de dos haldas, zahones o zaragüelles y medias de paño
pardo». NEJ, Novela de la ilustre fregona, pg.
5.
zaragüelles.
(Del ár. hisp. saráwil,
este del ár. clás. sarāwīl, y este del arameo sarbāl[ā] o sarbēlā
o sarbalā).
1. m. pl. Calzones anchos y con pliegues, que
forman parte del traje regional valenciano.
2. m. pl. Calzoncillos blancos que asoman por debajo del calzón en el traje
regional aragonés.
3. m. pl. Planta de la familia de las Gramíneas, con las cañas débiles, derechas,
de más de tres decímetros de altura, desnudas en la parte superior, y en la
inferior con tres nudos negruzcos e igual número de hojas que envuelven el
tallo en la mitad de la parte comprendida entre nudo y nudo, y las flores en
panoja compuesta de espiguillas colgantes con aristas rectas.
4. m. pl. coloq. Calzones muy
anchos, largos y mal hechos. «Traía cubierta
una capa de bayeta casi hasta los pies, en los cuales traía unos zapatos
enchancletados, cubríanle las piernas unos zaragüelles
de lienzo, anchos y largos hasta los tobillos;». NEJ, Novela de Rinconete y
Cortadillo, pg. 13.